El delantero argentino del Atlético de Madrid Sergio "Kun" Agüero (c) celebra su gol, tercero de su equipo, con sus compañeros Diego Forlán (i) y Juan Francisco Torres "Juanfran". | Efe

Atlético de Madrid 3 - 0 Real Sociedad


Atlético de Madrid
: De Gea; Ujfalusi, Perea, Godín, Filipe Luis; Reyes (Raúl García, m. 87), Tiago, Mario Suárez, Koke (Juanfran, m. 75); Agüero y Diego Costa (Forlán, m. 71).

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Ansotegi, Demidov, Dani Estrada; Markel; Xabi Prieto, Aramburu, Elustondo (Zurutuza, m. 58), Griezman; y Tamudo (Ifrán, m. 64).

Goles: 1-0, m. 12: Filipe Luis, tras un pase de Diego Costa. 2-0, m. 44: Mario Suárez culmina una jugada individual de Reyes. 3-0, m. 79: Agüero, de jugada personal en un contragolpe.

Àrbitro: Alvarez Izquierdo (C. Catalán). Amonestó a los locales Tiago (m. 72) y Agüero (m. 88) y al visitante Demidov (m. 69).


El Atlético de Madrid disfrutó hoy con una victoria incontestable frente a la Real Sociedad, en un duelo que dominó desde el primer hasta el último segundo, en el que marcó tres golazos y en el que regresó a posiciones europeas después de dos meses sin pisar las siete primeras plazas de la clasificación.

El equipo rojiblanco firmó un choque muy completo contra un rival inferior, que nunca dio la sensación de poder responder al fútbol del conjunto local y que se marchó del Vicente Calderón con más preocupaciones. La Real sólo ha sumado uno de los últimos 21 puntos en juego y ya está a cinco de los puestos de descenso.

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Todo lo contrario le sucede al Atlético, que ha recuperado el optimismo y que mantiene su reacción de las últimas jornadas. Lo hizo en un duelo encarrilado de inmediato por fútbol y ocasiones contra un oponente inofensivo, demasiado frágil en defensa y al descubierto en su retaguardia ante la calidad del argentino Kun Agüero, el desborde de Reyes o la movilidad de Diego Costa.

Nunca hubo duda de que el partido pertenecía al equipo rojiblanco. Menos aún cuando, en el minuto 12, ya mandaba en el marcador, en una bonita acción entre Diego Costa, titular después de sus tres goles en Pamplona por delante del uruguayo Diego Forlán, de inicio en el banquillo, y Filipe Luis, que aprovechó su asistencia de tacón para estrenarse como goleador con el Atlético (1-0, m. 12).

Su tiro, inalcanzable para el chileno Claudio Bravo, que evitó con un puñado de paradas meritorias una ventaja mayor del Atlético antes de la primera media hora, acondicionó un escenario aún más cómodo para el equipo madrileño, tan superior sobre el césped que la Real Sociedad apenas lanzó dos disparos irrelevantes en 45 minutos.

Desactivado en ataque, con una actuación intranscendente de Xabi Prieto, Antoine Griezman o Raúl Tamudo en toda la primera parte; sin control en el centro del campo, donde Tiago Mendes y Mario Suárez se imponían con rotundidad; y agobiado en defensa, los donostiarras recibieron el 2-0 instantes antes del descanso.

Lo marcó Mario Suárez, pero el 90 por ciento del gol correspondió a Reyes. Suya fue la jugada, extraordinaria, en la que amagó con el cuerpo, sin tocar el balón, para dejar fuera de acción, en el suelo, a Carlos Martínez, en uno de los costados del área, y también el pase definitivo, en la que regaló el 2-0 a su compañero (m. 44).

Ni siquiera la facilidad del encuentro durmió al Atlético. Tampoco la Real Sociedad, salvo en acciones muy aisladas, un tiro de Raúl Tamudo u otro disparo de Mikel Aranburu, puso en duda el triunfo del conjunto rojiblanco, que acumuló nuevas ocasiones sobre la portería de Claudio Bravo, el mejor de su equipo en el Calderón.

El guardameta chileno apareció como el único argumento fiable del equipo donostiarra para impedir la goleada del Atlético. Ya lo había sido en el primer tiempo y lo fue de nuevo en el segundo, en el que protagonizó unas cuentas paradas magníficas a Koke, Diego Costa o Agüero en los primeros veinte minutos de la reanudación.

Bravo no pudo hacer más para detener al Atlético, que marcó el tercero en un contragolpe rapidísimo de Agüero, en una carrera imparable contra dos defensas rivales, a los que superó por velocidad para cruzar el balón ante el portero visitante. Un golazo del Kun y la sentencia final para un partido totalmente rojiblanco.