David Ferrer, celebrando su pase a octavos de final en el Open de Australia 2014. | Reuters

El tenista español David Ferrer no falló a su cita con los octavos de final del Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, después de firmar una sólida y rápida victoria en tres sets (6-2, 7-6, 6-2) ante el francés Jeremy Chardy.

El encuentro tenía un tinte peligroso para el de Jávea, tercer favorito en Melbourne Park, por la complicación de su rival, cuartofinalista el año pasado y cuyo mejor tenis es en pista rápida, y por el calor, pero se deshizo de ambas en un gran ejercicio de poco más de dos horas.

'Ferru' hizo gala de su resistencia y de su mentalidad, salvando un momento muy complicado en el segundo parcial, que el galo tuvo en la mano y que quizás podría haber cambiado el devenir del partido. El alicantino tiró de su irreductible carácter para acabar con las esperanzas de Chardy y luego poner la directa por decimoquinta ocasión consecutiva a los octavos de final de un 'grande', donde le espera el alemán Florian Mayer.

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El tenista español levantó su habitual muro al francés, a lo que unió además una mejora en un servicio que se había mostrado algo timorato. El número tres del mundo cedió sus primeras bolas de 'break' en el segundo parcial cuando ya se había llevado con facilidad el primero por 6-2, ayudado sobre todo por la cantidad de errores de su rival.

Pero este recuperó su mejor tenis, cambió su estrategia y se metió de nuevo en el partido, aunque no supo aprovechar su ocasión. Chardy sacó con 3-5 y tuvo 40-0, situación que levantó un calmado Ferrer, que tuvo que volver a repetirlo con su saque en el duodécimo juego, donde salvó otras dos bolas de set.

En la 'muerte súbita', el galo llegó a dominar 1-4, pero tampoco sacó provecho de esta ventaja y perdió el parcial (7/5) y prácticamente el partido, porque el alicantino jugó su mejor tenis en el tercero en el que cerró sin problemas y sin desgaste su pase a la cuarta ronda.