David Ferrer, incansable y tenaz, venció en una dura batalla al francés Gilles Simon y llegó a los octavos de final del Abierto de Australia por quinto año consecutivo, pero Fernando Verdasco dejó escapar una gran ocasión en el primer set ante Novak Djokovic y luego el serbio no tuvo piedad.

Ferrer desperdició cuatro ocasiones para cerrar el partido con su servicio, y al final superó a Simon por 6-2, 7-5, 5-7 y 7-6 (4) a la tercera oportunidad, después de tres horas y 37 minutos para dejar sus enfrentamientos en 6-2 para el de Javea.

Fue quizás la mejor manera de vengar la derrota que el francés le infligió en el Abierto de Estados Unidos el pasado año. «Eres una roca», le dijo Ferrer sonriente a Simon al abrazarlo en la red. Con su victoria y las de Feliciano López, Guillermo García-López, habrá cuatro españoles en octavos (Rafael Nadal incluido) y una chica, Garbiñe Muguruza.

Ferrer acabó con sangre en el pie derecho, descalzo, y con calambres, pero pudo finalizar antes el encuentro porque sirvió para ganar el partido con 5-4 en el tercer set. Simon, batallador en la pista como el de Javea, ganó 18 de los 22 últimos puntos para hacerse con el tercer set. Después llegaron las otras en el cuarto y el desempate en el que Simon resistió al máximo.

«Ha sido una batalla, espero que el público haya disputado, yo también porque al final he ganado. Ahora estoy feliz pero hace dos minutos lo estaba pasando mal. Gilles nunca se da por vencido. Ahora no quiero hablar de Nishikori», su próximo rival, «solo descansar», dijo Ferrer en la Margaret Cour Arena.

El de Javea se medirá ahora con el japonés Kei Nishikori, que derrotó al estadounidense Steve Johnson, 6-7 (5), 6-1, 6-2 y 6-3 en una repetición de su duelo reciente en Brisbane, para lograr por cuarta vez los octavos aquí.

Nishikori ha ganado en seis de las nueve ocasiones en las que se han enfrentado, la última en el Masters de Londres la pasada temporada, y tiene un balance también favorable de 4-3 en pista dura.

Poco antes, el serbio Novak Djokovic resolvió una situación conflictiva (3-5) en el desempate del primer set pero despidió a su amigo Fernando Verdasco por 7-6 (8), 6-3 y 6-4.

Apoyado en un gran servicio, Verdasco llegó a forzar el desempate en el primer set contra 'Nole', e incluso a tener ventaja de 5-3 en ese juego corto contra el número uno. Cometió dos fallos seguidos, una doble falta y una «caña» (golpear con el marco de la raqueta) a continuación, y dejó escapar la oportunidad. Y Djokovic no perdonó después para ganar al semifinalista en 2009, con 50 errores no forzados del español.

El encuentro tuvo varios momentos emotivos. En uno de ellos un aficionado pidió en matrimonio a su pareja, y ella dijo «sí» y ambos se besaron y agradecieron al público, mientras Djokovic aplaudía desde su silla.

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En otro se produjo al final del encuentro después de que Djokovic elogiase a Verdasco y dijera que es «un gran jugador» y admitiera que está en Melbourne «totalmente en forma» para levantar el trofeo por quinta vez, cuando el serbio recordó que era el cumpleaños de su madre Dijana, y empezó a cantar el «Cumpleaños Feliz» coreado por los aficionados.

Djokovic se enfrentará en octavos contra el luxemburgués Gilles Muller que dio la sorpresa al derrotar a John Isner, 19 favorito, y último estadounidense en el cuadro, por 7-6 (4), 7-6 (4) y 6-4.

Djokovic ha ganado ya 28 de sus 29 partidos en Melbourne Park. «Siempre juego mi mejor tenis aquí», dijo.

Acompañarán a Ferrer en la segunda semana de este grande, Feliciano López, Guillermo García López y Garbiñe Muguruza.

Feliciano ya estuvo en esta ronda en Melbourne en 2012 y este sábado regreso al derrotar al polaco Jerny Janowicz por 7-6 (6), 6-4 y 7-6 (3), con 19 saques directos en su cuenta, mientras que García-López se impuso al canadiense Vasek Pospisil, algo lesionado, por 6-2, 6-4 y 6-4, para sumar la segunda vez que actuará en la segunda semana de un Grand Slam (Roland Garros el pasado año).

Los dos tendrán ahora compromisos decisivos y de postín, pues el escapista Feliciano se enfrentará con el cañonero canadiense Milos Raonic, que venció al alemán Benjamin Becker, por 6-4, 6-3 y 6-3, con 22 «aces» en su cuenta en una hora y 41 minutos de combate, y «Guille» con el defensor del título, el suizo Stan Wawrinka, que venció al finlandés Jarkko Nieminen, por 6-4, 6-2 y 6-4 en una hora y 49 minutos.

Garbiñe Muguruza fue la primera de todos en lograr los octavos este sábado, y al vencer a la suiza Timea Bacsinszky, por 6-3, 4-6 y 6-0 se medirá por tercera vez y segunda en este torneo con la estadounidense Serena Williams.

Serena se hizo con la victoria después de batallar con la ucraniana Elina Svitolina, por 4-6, 6-2 y 6-0. Será una repetición del duelo que mantuvieron en 2013 en estas mismas pistas y del que tuvo lugar en Roland Garros el año pasado. El primero para Serena (6-2 y 6-0) y el segundo para la discípula de Alejo Mancisidor (6-2 y 6-2).

«No necesito pensar en nada, pienso que así funciona», dijo Garbiñe en pista cuando le fue preguntado sobre su plan contra Serena, quien es considerada por el público como «la reina de la Rod Laver Arena».

«Cuando jugué con ella aquí hace dos años, no tenia esa experiencia de ahora y aunque pareció una paliza, para mi no fue tan 6-0 y 6-2», repasó Muguruza.

«El año pasado entré con las ideas más claras, no pensando que era invencible», recordó sobre su victoria en París. «Si, han sido dos partidos diferentes, pero cada uno es como salga», declaró Garbiñe que, de ganar otra vez, igualaría los cuartos de final de Roland Garros el pasado año, su mejor marca en el Grand Slam.