El centrocampista de la selección española de fútbol sub-19 Rodrigo Hernández (i) lucha el balón con Ramil Sheydaev, de la selección rusa. | Efe

España 2 - 0 Rusia

España: Sivera; Borja San Emeterio (Marin, min. 81), Vallejo, Meré, Caricol; Merino, Rodrigo; Marco Asensio, Dani Ceballos, Pedraza (Nahuel, min. 74); y Mayoral (Carlos Fernández, min.90)

Rusia: Mitryushkin; Chernov, Khodzhaniyazov, Yakuba, Makarov, Guliev, Barinov, Golovin, Melkadze (Bezdenezhnykh, min. 62), Sheydaev y Gasilin (Zhemaletdinov, min. 70).

Goles: 1-0, min. 39: Mayoral; 2-0, min. 78: Nahuel

Árbitro: Anthony Taylor (ING). Amonestó a Golovin (min. 34) y a Khodzhaniyazov (min. 45) por parte de Rusia y a Nahuel (min. 91) por parte de España.

La selección española sub-19 ganó 2-0 a la de Rusia con goles de Borja Mayoral y Matías Nahuel para alzar su séptimo Europeo de la categoría, que encumbra a la generación de Marco Asensio y Jesús Vallejo, líderes del grupo dirigido por Luis de la Fuente.

La historia llamaba a la puerta de un equipo sediento de un título con el que quería inscribir con letras de oro su nombre para suceder a otros jugadores que hicieron una carrera sobresaliente desde que lograron ganar el mismo trofeo en anteriores ediciones.

Desde la creación del torneo en 2002 (sucedió al sub-18 que se disputó entre 1981 y 2001), España ganó el torneo en seis ocasiones con el actual formato y una con el anterior, en 1994. Nombres como los de Fernando Torres, Andrés Iniesta, Juan Mata, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Juanfran Torres, Roberto Soldado o David Silva salieron del Europeo con una copa con un valor enorme.

Casi todos ellos ganaron después el Mundial de Sudáfrica o alguna de las dos Eurocopas de las que presume España. Otros no llegaron a tanto, como Deulofeu, Granero, Moyá, Reyes, Carvajal, Alcácer o Dani Parejo, pero son un gran ejemplo para los «cachorros» de las categorías inferiores de la selección española.

Por eso, todos salieron al césped del estadio Katerini con hambre de triunfo y de venganza por la derrota que Rusia infringió a España en la fase de grupos. Esa mezcla de ambos conceptos hicieron de España un equipo temible durante la primera parte. En ella, asediaron la portería de Anton Mitryushkin, que paró casi todo lo que llegó a sus dominios.

Todo menos un cabezazo de Borja Mayoral, que en el minuto 39 hizo hincar la rodilla a Mitryushkin, que, sin embargo, firmó una gran parada a un disparo de Marco Asensio que desvió al larguero. Por suerte, Mayoral apareció en el momento justo para marcar.

Y es que antes, Jorge Meré, con un remate a bocajarro y con un cabezazo que sacó en dos ocasiones Mitryushkin, y Mayoral, con otro trallazo al larguero, se desesperaron con las intervenciones del guardameta ruso y con la mala suerte que parecía acechar a España.

Pero el tanto de Mayoral subió al marcador y el paso por el vestuario fue placentero. El trabajo estaba bien hecho y solo quedaban 45 minutos para tocar una gloria que se complicó durante un tramo del siguiente acto, en el que Rusia dominó el duelo para poner en algún aprieto a Antonio Sivera.

Aún así, España volvió a tener sus momentos de felicidad que, una vez más, Mitryushkin se encargó de frenar para desesperación de Dani Ceballos y Alfonso Pedraza, que chocaron con el muro ruso en dos ocasiones claras que pudieron sentenciar la final.

La salida al final de Matías Nahuel aportó una marcha más con la que España rompió definitivamente a Rusia. Él mismo se encargó de finiquitar el partido con un buen gol tras un gran pase de Marco Asensio.

A velocidad de crucero, Nahuel culminó el séptimo Europeo de España para seguir la estela de otras generaciones que, tras lograr este título, encumbraron a la absoluta con trofeos como el Mundial de Sudáfrica.