El escolta español de los Oklahoma City Thunders, Álex Abrines y el ala pívot estadounidense del Real Madrid Anthony Randolph, durante el partido. | Kiko Huesca

Real Madrid 142-137 Oklahoma City Thunder

Real Madrid (22+28+37+39+16): Llull (22), Thompkins (16), Ayón (6) Rudy (11) y Carroll (24) -equipo inicial-, Randolph (12), Reyes (2), Draper, Hunter (19), Maciulis (6), Nocioni (16), Suárez, Taylor (5) y Doncic (3).

Oklahoma City Thunder (35+30+30+31+11): Roberson (6), Westbrook (18), Sabonis (7), Adams (7) y Oladipo (34) -equipo inicial-, Abrines (12), Ilyasova (11), Kanter (29), Huestis, Morrow (8), Price, Singler (5) y Tarczewski.

Árbitros: John Globe, Matt Boland y Sreten Radovic. Eliminaron por dos técnicas a Gustavo Ayón (min.30) y por seis personales a Sabonis (min.48).

Incidencias: Partido correspondiente a la gira NBA Global Games disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard Center) ante 12.414 espectadores.

El Real Madrid consiguió que el trueno de Oklahoma sonara desafinado al vencer por 142-137 en la prórroga de un partido amistoso que dominaron los estadounidenses hasta mediado el último cuarto.

La defensa del Real Madrid desde el descanso, y muy especialmente en el último cuarto y en la prórroga, fue detonante para que el marcador se igualara y para que se vieran las carencias de un equipo, el Okalhoma City Thunder, que está en los albores de la temporada y muy falto de entrenamientos.

La paridad inicial en el marcador apenas se mantuvo cinco minutos (12-16), con Victor Oladipo como el más acertado de los NBA con 8 puntos en esos instantes iniciales. Un parcial de 0-8 en apenas dos minutos (12-24) abrió unas diferencias ya prácticamente insalvables que acabaron de desmotivar a las gradas.

La diferencia de reglas se vieron acentuadas por un par de decisiones arbitrales, que parecieron una especie de aviso, como marcar el territorio, para los jugadores del equipo español.

A partir de ahí, comenzaron las jugadas individuales, los contraataques de uno contra nadie de los OKC, casi siempre acompañados de unos flagrantes pasos de salida y de continuación, y otras lindezas, como la defensa con manos que sólo pueden hacer ellos, que siguen sin ser comprendida en Europa.

Al final del primer cuarto todo el pescado pareció vendido y cualquier posibilidad de espectáculo se había disipado por completo. El 22-35 no dio para más.

En el segundo acto hubo más de lo mismo. Lo que varió fue la aparición de Sergio Llull en escena. Con 11 puntos impidió que las ventajas de Oklahoma aumentaran en exceso.

Y por si faltaba algo para hacer reconocible a Llull, un triple a tablero en el último segundo del cuarto, para poner el 50-65 en el marcador, llevó su inimitable firma en la acción más aplaudida del choque.

La vuelta de viejos conocidos del Real Madrid, ahora en la filas estadounidenses, también sirvió de distracción. Kyle Singler, exjugador del equipo madridista; Alex Abrines, exbarcelonista en su primer partido con su nuevo equipo; Ersan Ilyasova, también ex del Barcelona, y Domantas Sabonis, exUnicaja.

Tras el paso por vestuarios, el Madrid salió un poco más centrado, con Llull y Rudy Fernández al mando de las operaciones y tras un parcial de 11-10 en los primeros 4 minutos y medio, 61-75, Billy Donovan, entrenador de los Thunder, pidió tiempo sin dilación para evitar cualquier desmán.

La segunda técnica al mexicano Gustavo Ayón, 63-77, le hizo abandonar el partido prematuramente y que por un momento el principal tema de conversación en las gradas no fuera el posible cambio de sede para el próximo partido contra un equipo de la NBA. No fueron pocos los que apuntaron el hipódromo de La Zarzuela como una opción plausible.

Cuatro triples de Trey Thompkins, de cinco intentos y 16 puntos, también colaboraron a que el marcador se estrechase, 79-88 (min.34). El trueno de Oklahoma comenzó a sonar desafinado, ante un Madrid que mejoró en defensa y que cerró el tercer cuarto con una victoria parcial por 37-30 (87-95) con el consabido triple final de Llull al límite del tiempo.

La remontada del Real Madrid llegó hasta un 94-99 en el primer minuto del último cuarto y dos después, Donovan volvió a pedir tiempo muerto con 100-106 porque comenzaba a no tener claro el desenlace final del marcador.

Un triple de Carroll subió el 107-111 al marcador a falta de seis minutos y medio para el final. La recuperada igualdad en el marcador dotó al enfrentamiento de cierto interés después de un tedioso e insulso juego de más de dos horas de duración.

Carroll dispuso de un lanzamiento triple para igualar el partido (108-111, min.43), pero fue Rudy el que con otro triples puso al Madrid por delante 112-111 a falta de 4.31 para el final. Los Thunder pusieron toda la carne en el asador y cuando pareció tener la victoria asegurada volvió a aparecer Llull para con otro triple en el último instante empatar a 126 el partido.

Oladipo, el máximo anotador del partido con 34 puntos, se echó el equipo a las espaldas, mientras que Llull volvió a anotar otro triple para el 133-130 a falta de dos minutos y medio.

El triple final fue para Othello Hunter y el partido acabó con victoria madridista por 142-137. El espectáculo y la victoria local salvaron el encuentro y el Madrid consiguió que el trueno sonara desafinado.

La actuación de Alex Abrines

El internacional español Álex Abrines debutó con los Oklahoma City Thunder de la NBA entre silbidos por una afición que no le perdonó su pasado barcelonista y en el que completó una buena actuación con cuatro triples en cinco intentos.

El alero balear saltó a la pista a los tres minutos y medio de juego, con 12-18 a favor de su equipo, entre pitos de una afición blanca que llenó el Barclaycard Center, en el que también se escucharon algunos aplausos.

En sus primeros minutos como jugador NBA y luciendo en su camiseta el dorsal número 8 coincidió en la pista con Domantas Sabonis, de quien ya fue compañero cuando ambos militaban en el Unicaja.

Hasta el final del primer cuarto el balear aportó poco y los pitidos se repitieron cada vez que le llegaba el balón, algo a lo que ya se acostumbró cuando visitaba Málaga con el FC Barcelona.

Se estrenó con un triple desde la esquina al comienzo del segundo cuarto en el primer lanzamiento que intentó, tras lo que fue sustituido por su entrenador, Billy Donovan, y ya no volvió a jugar antes del descanso.

En total, en la primera parte disputó 8.49 minutos y anoto tres puntos en su único lanzamiento a canasta.

No jugó en el tercer cuarto, cuando el Real Madrid se fue acercando en el marcador a los subcampeones de la conferencia Oeste, y regresó a la pista nada más empezar el último otra vez entre abucheos y cuando los Oklahoma solo ganaban de siete puntos.

Su segundo triple de la noche, cuando el Real Madrid estaba a seis, alivió la situación de su equipo a siete minutos y medio del final. Falló el tercero poco después, aunque no se amilanó y encadenó otros dos lanzamientos desde el perímetro en los igualados instantes finales del tiempo reglamentario.

En la prórroga que forzó un triple final de su compañero de selección Sergio Llull, Abrines no logró anotar, sellando su primera actuación con la franquicia estadounidense con doce puntos.

En el que será su segundo partido con su nueva camiseta -este miércoles ante el Barcelona Lassa en la Ciudad Condal- Abrines espera un mejor recibimiento y «ningún rencor» porque confía en que los aficionados hayan entendido su marcha a la NBA.

«Espero que me acojan bien -explicó este domingo- sé que seguramente les fastidió que saliera, pero creo que también entendieron que era la oportunidad que tenía de dar el salto a la NBA y probar suerte. Así que creo que no habrá ningún tipo de rencor».