El mallorquín Rafael Nadal certificó este viernes su presencia en la final del Abierto de Australia, tras derrotar en una gran batalla tenística de casi cinco horas al búlgaro Grigor Dimitrov (6-3, 5-7, 7-6 [5], 6-7 [4], 6-4).

El español arrancó su semifinal con las mismas buenas sensaciones que rubricó al final de su encuentro con Raonic. Más seguro y firme con su servicio y con menos errores no forzados que el búlgaro, Nadal firmó un buen inicio de partido y arrinconó rápidamente a su oponente en el marcador.

Sin embargo, todo se igualó en el segundo set. Dimitrov pareció más enchufado al principio, acumulando dos parciales positivos (4-1 y 5-3), que el 'manacorí' se esforzó por contrarrestar. Pese a perder su servicio, Nadal también fue capaz de hacer daño al saque de su rival.

Finalmente, con el electrónico más igualado, Dimitrov contuvo sus errores y dispuso de hasta cuatro bolas de set. Las cuatro las salvó Nadal, y gracias a un gran saque puso rumbo al 'tiebreak'. Pero cuando la 'muerte súbita' parecía insalvable, a la quinta fue la vencida, y el búlgaro puso el empate a sets en el marcador, casi a las dos horas de partido en punto.

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El tercer set comenzó con ambos jugadores afianzando su servicio hasta el quinto juego, en que el balear logró ponerse por delante. El partido se hizo más denso y tenso, si cabe, con largos intercambios de golpes desde el fondo de la pista, y se mantuvo la igualdad hasta el 'tiebreak', al cual desembocó Nadal endosando un juego en blanco a Dimitrov.

Aquí el mallorquín anduvo más entonado, logrando aventajarse en el marcador pese a que el actual número quince del mundo no puso las cosas fáciles, y quedando contrastada la indiscutible calidad de ambos.

El cuarto set se abría igualado, de forma similar a los dos anteriores, con un Dimitrov que no se rendía, y un Nadal dejando grandes golpes y brindando espectáculo a los asistentes. Cuando parecía que el mallorquín se acercaba a la victoria final, Dimitrov se sacó de la manga un juego en blanco, que puso la igualada a cinco juegos, dejándolo todo dispuesto para otro 'tiebreak'.

En el momento decisivo, Dimitrov se plantó con ventaja y tres puntos de set; fue demasiado para Nadal, y con cuatro horas de partido empezaba el quinto y definitivo parcial, ya con tintes épicos.

El dramatismo llegó con 3-4 en el marcador y dos bolas de 'break' para el búlgaro. Pero el mallorquín tiró de casta y salvó con calidad el envite, para romper después el servicio, mantener el suyo aún perdiendo dos 'match balls', y asegurarse con gran nota su puesto en la gran final contra el suizo Roger Federer.