Ambos jugadores se despiden de la máxima competición continental del fútbol de clubes.

Ambos jugadores se despiden de la máxima competición continental del fútbol de clubes.

Parece imposible, pero ni Cristiano Ronaldo ni Lionel Messi disputarán los cuartos de final de la Champions League. En el fútbol, todo son etapas, y parece que la hegemonía mundial que han tenido los dos mejores jugadores de nuestra era inicia su epílogo.

A lo largo de muchos años, contar con Messi o Ronaldo en el equipo era partir con ventaja, un hecho que así era interpretado por los vaticinios de los expertos y las previas de los partidos. Eran dos hombres que te aseguraban un gol por partido en los momentos claves. Dos socios abonados a la portería que han acaparado las portadas y los premios futbolísticos en un reinado prácticamente tiránico. Messi ha sumado seis Balones de Oro y Cristiano, por su parte, cinco. El tercero en discordia es Platini, que empata con Cruyff y con Van Basten con 3 galardones totales.

Debido a su edad -33 y 36 años respectivamente- ya no son los futbolistas tan determinantes que eran cuando se encontraban en su veintena. Siguen siendo dos piezas claves en sus respectivos equipos, sobre todo en el caso concreto de Lionel Messi, pero ahora necesitan tener un ecosistema favorable sobre el terreno de juego.

El FC Barcelona cayó ante el Paris Saint Germain en la ronda de octavos de final de la competición. El conjunto parisino desmenuzó las opciones del Barça en el partido de ida. El equipo entrenado por Koeman no pudo frenar el vendaval ofensivo de los franceses, y Mbappé, uno de los nombres de moda del fútbol actual, sumó tres dianas. El club catalán se encontraba en un contexto muy diferente al que se encuentra actualmente. No lograba encontrar la fórmula para encarar los duelos con garantías. Era un equipo en construcción con mucho talento joven que aún no tenía la experiencia suficiente en la élite. Sin embargo, Messi logró sumar un gol de penalti en el partido de ida y dejó el marcador con un 1-4 final.

El partido de vuelta se encaró con una mentalidad diametralmente diferente. El Barça viajó a París tras remontar el vuelo en la Liga y después de clasificarse para la final de la Copa del Rey eliminando a todo un Sevilla. Entre los aficionados se creó un caldo de cultivo favorable a una hipotética remontada. Eran sensaciones que no casaban con la realidad objetiva. Nunca se había remontado un resultado como este fuera de casa. Pero la parroquia culé creía firmemente.

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Los jugadores ofrecieron una cara muy distinta a la del partido de ida. Fue un vendaval ofensivo que no se materializó en el triunfo azulgrana por los errores en la definición. Messi, autor de un gol colosal, se convirtió en un jugador terrenal cuando erró el penal que podía colocar el 2-1 en el descanso. En la segunda parte, el equipo catalán se fue quedando progresivamente sin fuerzas y el resultado final fue de empate a 1. Podría ser, perfectamente, el último partido de Messi en Champions con la camiseta del Barça. Solo la irrupción de Joan Laporta en la presidencia del club, y la consolidación de nuevos nombres propios de los que se vislumbra un futuro dorado en la entidad, podrían frenar su marcha. Lo que sí es un hecho, es que Messi ha sumado un fracaso europeo más a su lista particular. Son muchos años sin conseguir la competición más importante del fútbol de clubes, y seguro que esta situación pesa como una losa sobre su subconsciente. El Barça lo volverá a intentar el próximo año, con Messi o sin él.

Hay que remarcar que el jugador argentino ha visto portería en todas las eliminatorias de octavos que ha disputado. El único enfrentamiento en el que no lo hizo tuvo lugar en el curso 2014-2015, año en el que, curiosamente, el equipo levantó la Copa de Europa con Neymar, Luis Suárez y compañía. Messi ha sumado 120 goles en 147 partidos de Champions, una cifra casi inasumible para cualquier otro mortal. Solo hay un jugador que lo supere: Cristiano Ronaldo (134).

El portugués, por su parte, ha estado desaparecido en los octavos de la Champions ante el Oporto. La Juventus se enfrentó a un rival -a priori- mucho menos potente que el Paris Saint Germain. Seguro que muchos seguidores bianconeriencararon el duelo con optimismo. Esperaban también la mejor versión de Cristiano Ronaldo, un jugador que suele aparecer en los momentos decisivos de la temporada.

Desgraciadamente para los intereses de la Vecchia Signora, Ronaldo fue una sombra del futbolista letal que suele ser. No tuvo acierto de cara a portería, y no sumó ningún gol en los dos partidos que disputaron la entidad portuguesa y la italiana. Para redondear su discreta actuación, el jugador de Madeira erró en un momento clave. En el minuto 115 del partido, Sérgio Oliveira tiró una falta lejana que no parecía tener demasiado peligro. Ronaldo saltó de espaldas en la barrera y posibilitó que el balón se colara en la portería. Si el jugador no lo hubiera hecho, habría impactado sobre su cuerpo.

La Juve quedó eliminada debido a este gol y Ronaldo no marcaba en una eliminatoria de Champions después de 15 años. Seguro que el astro portugués se arrepiente de abandonar la disciplina blanca. Hay rumores que exponen abiertamente la posibilidad de que el jugador regrese a la Casa Blanca. Lo que sí parece bastante claro es que Cristiano abandonará la Serie A. Dos de los posibles destinos que también toman fuerza son el Manchester United y el PSG. En el equipo inglés vivió una etapa magnífica entre los años 2003 y 2009, y quizás busca conectar con esa nostalgia. En el PSG recalaría si Leo Messi opta por continuar en el Barça o bien si Mbappé abandona el ataque parisino.

Después de 16 años, ni Ronaldo ni Messi disputarán los cuartos de final de la competición. Sus dos posibles sucesores comienzan a tomar forma: Mbappé y Erling Haaland. Las dos sensaciones de la actual edición de la Champions. Curiosamente, los dos también podrían ser rivales en la Liga española. Mbappé ha sido relacionado con el Real Madrid y Haaland apunta a vestirse de azulgrana. Una nueva rivalidad que ayudaría a mejorar la posición jerárquica de la competición española. Un campeonato que está perdiendo figuras mediáticas año tras año.