Imagen de Marcus Cooper luciendo una medalla a su llegada a Palma. | Jaume Morey

La edad de oro del deporte balear se dispone a protagonizar en los Juegos Olímpicos de Tokio otro capítulo de gloria. Cualitativamente, la representación isleña aspira a todo en numerosas modalidades y es referente mundial en algunas especialidades. Pero, cinco años después de superar su techo histórico en Río 2016, con dieciséis deportistas en liza, la capital japonesa será testigo de una nueva plusmarca olímpica del deporte isleño, que ha colocado ya a dieciocho representantes en diez modalidades diferentes, siendo el baloncesto y la vela los principales exponentes a nivel de presencia dentro de este nuevo récord.

La mitad, nueve, repiten presencia, y el resto debutan en la gran cita del deporte universal que incorpora nuevas especialidades a su programa en las que Balears será protagonista, como es el caso del skateboarding, donde el mallorquín Jaime Mateu será uno de los dos representantes en la modalidad de Park, siendo además aspirante a pelear por las medallas con brasileños y estadounidenses, grandes dominadores de una especialidad que recibirá en la capital nipona su bautismo olímpico. El potencial del baloncesto, de nuevo con los cuatro medallistas en Río en liza (Alba Torrens, Rudy Fernández, Sergio Llull y Álex Abrines), halla réplica en la vela, que recupera su peso histórico en el campo de regatas de Enoshima con tres potenciales aspirantes a medalla: Paula Barceló (49erFX), Joan Cardona (Finn) y Mateo Sanz (RS:X).

Varios de nuestros representantes parten con el cartel de favoritos a medalla. A los citados regatistas y baloncestistas cabe unir a un ilustre que se ha unido a la nómina con una selección de fútbol que aterriza con galones de campeona de Europa Sub 21: el jugador del Real Madrid, Marco Asensio. El calvianer será uno de los líderes de un equipo que pretende recuperar el trono perdido en Barcelona 1992, intentando seguir los pasos de los mallorquines Paco Soler y Gabriel Vidal, oro en aquellos Juegos.

El piragüista Marcus Cooper Walz, oro en Río 2016 en K1 1.000 metros, forma parte del mediático K4 500 español, llamado a pelear por el oro con Alemania. El palista del Real Club Náutico de Portopetro aspira a unirse a Rafael Nadal -el gran ausente- y Joan Llaneras como doble campeón olímpico, aunque tiene la posibilidad de ser el primer balear en lograr ese doble éxito de manera consecutriva, algo inédito.

De la misma manera que apunta al podio el triatleta Mario Mola, que en su tercera participación, y tras ser octavo en Río, intentará poner la guinda a su brillante palmarés, con tres títulos de las Series Mundiales al frente.

En ciclismo, dos bazas aspiran a todo en pista y carretera; por un lado, el menorquín Albert Torres doblará concurso en Omnium y Madison -esta última con Sebastián Mora- a la caza de una presea perseguida, nueve años después de su estreno olímpico, en Londres 2012; por    otro lado, Mavi García será la jefa de filas de la pequeña representación española en la prueba en línea y la única corredora en liza en la contrarreloj, intentando imponer su buen estado de forma tras participar en el Giro de Italia y doblar de nuevo títulos nacionales. La piscina deja dos nombres a tener en cuenta: el solleric Joan Lluís Pons buscará igualar la final de 400 metros estilos de 2016 y Hugo González de Oliveira invita a soñar en 100 espalda y 200 estilos tras su histórico concurso en el pasado Campeonato de Europa.

Nicolau Mir recupera a la gimnasia artística balear y marca el debut del Xelska y el marchador Marc Tur y Natalia Romero defenderán el pabellón atlético, fiel a su cita a lo largo de las dos últimas décadas.