El centro-izquierda se impuso en la mayoría de regiones de Italia en los comicios celebrados el fin de semana, en los que, a pesar de los escándalos del primer ministro del país, Silvio Berlusconi, el centro-derecha se hizo con dos nuevas plazas.
Con algo más del 50 por ciento de los votos escrutados en la mayoría de las divisiones regionales, el centro-derecha cierra estas elecciones con cuatro regiones en sus manos (llegaba con dos), mientras que el centro-izquierda se queda con siete (se presentaba con los gobiernos de once). Por lo tanto, todo queda pendiente de los ajustados datos de Lacio y Piamonte, donde el resultado es cercano al 50 por ciento respectivamente, para poder saber si el centro-derecha italiano ha conseguido invertir ese castigo del electorado a Berlusconi que muchos vaticinaban.
Victoria precipitada
Todo, a pesar de que el propio Partido Demócrata (PD), principal formación de la oposición, ya cantara la clara victoria del centro-izquierda con tan sólo las primeras proyecciones de voto, instantes después del cierre de los colegios electorales.
A falta de los datos oficiales, el mapa de las trece regiones que concurrían en los comicios queda así: el centro-izquierda gana en Liguria, Emilia-Romaña, Umbría, Basilicata, Toscana, Las Marcas y Apulia, mientras que el centro-derecha vence en Lombardía y Véneto más las sureñas Campania y Calabria.
Otra región que fue a parar a manos del centro-derecha desde el primer momento fue la sureña Campania, donde Stefano Caldoro se hizo con el 53,4 por ciento de los votos, en una victoria que llega después de que el último gobernador, del PD, Antonio Bassolino, se viera salpicado por los escándalos relacionados con la crisis de las basuras de 2008.
Las dos regiones entre interrogantes son Piamonte y Lacio, protagonistas de una disputa muy ajustada entre los dos principales candidatos, con vuelcos continuos.
En el Piamonte, la actual gobernadora Mercedes Bresso intenta mantener el poder para el centro-izquierda y no cederlo ante el aspirante del centro-derecha, Roberto Cota, de la Liga Norte, quien puede ser el artífice de un vuelco de signo político que desde su partido considerarían una gran victoria.