Los costaleros maniobran para situar lo más juntas posibles ambas imagenes.

Las amenazantes nubes, que llegaron a descargar algunas gotas durante la procesión, no desanimaron ayer por la mañana a numerosos fieles y curiosos que querían presenciar la primera escenificación que se realizaba en Santa Eulària del Santo Encuentro.
Las dos imágenes que procesionaban realizaron trayectos diferentes por las calles del municipio antes de reunirse frente al Ayuntamiento. La Virgen de la Esperanza, a hombros de ocho costaleros y cubierta por un velo de luto por la muerte de Jesús, iniciaba su recorrido en la calle Sant Josep.
Por su parte, la imagen de Cristo resucitado (claramente identificable por las llagas de manos y costado) partía desde la capilla de Lourdes, en la vía principal del pueblo.
Ambas tallas, seguidas por numerosas personas y acompañadas por los acordes de la música procesional, encaminaron sus pasos al punto donde debía producirse el reencuentro. Una vez cara a cara, los portadores de las imágenes escenificaron el encuentro de madre e hijo, primero inclinándose (rodilla en tierra los primeros costaleros, levantando a pulso las andas los de la parte de atrás) mútuamente como muestra de respeto. Acto seguido, amabas imágenes se pusieron en paralelo para acercar lo máximo posible ambas imágenes.
Tras ello, nueva procesión (Jesús primero, seguido de la Virgen) hasta el Puig de Missa, donde se ofició el oficio que ponía punto y final a la Semana Santa. l R.D.