La alegría y el color de comparsas como la recreación de Egipto que tras muchos días de trabajo consiguieron los alumnos, padres y madres del colegio de Sant Joan o bien las chumberas de Santa Eulària se trasladó por la tarde al interior para participar en el desfile de Labritja.
Los que repetían por la tarde se mezclaron con otros que demostraron ser de lo más originales, como el subrallador amarillo Stabilo o un conjunto de enfermeros muy disparatados. Con menos afluencia de público que otros años, las carrozas desfilaron por el pueblo para demostrar una vez más que el frío se aguanta mejor con unos bailes acompañados de sonrisas y que eso de la crisis, en carnaval, mejor de lejos.
Los minutos de deliberación del jurado otorgaron finalmente el primer premio a la comparsa D'Egipte a Labritja, organizada por la asociación de padres y madres del colegio de Sant Joan. Igual que por la mañana, el tiempo también respetó la rúa de Sant Joan que si bien fue más sencilla que la de Vila, siempre encandila al público asistente con su originalidad y encanto.