En un momento clave para la náutica recreativa, Ramon van der Hooft, presidente de la Asociación de Náutica de Ibiza y Formentera, aborda los desafíos que enfrenta el sector tras años de incertidumbre, destacando la necesidad de equilibrio entre la sostenibilidad, la competitividad y la protección del entorno marino en las Pitiusas.
—A las puertas de la temporada 2025, ¿qué expectativas tienen?
—Afrontamos esta temporada con ilusión, pero también con cierta incertidumbre. Venimos de dos años marcados por una caída en la demanda, y confiamos en que 2025 suponga un punto de inflexión. El sector del chárter, en particular, ha sido uno de los más afectados. Existe una clara sobreoferta, provocada en gran parte por el intrusismo que sufrimos en la náutica recreativa. Además, percibimos una bajada en el poder adquisitivo medio. El precio de vuelos, alojamiento y ocio ha subido considerablemente, mientras que la náutica no ha podido acompañar ese ritmo. Al ser, muchas veces, la última experiencia que se suma a unas vacaciones en Ibiza, hemos notado cómo las reservas han disminuido de forma generalizada en las dos últimas temporadas.
—¿Qué importancia tiene esta feria para la promoción del sector?
—Esta feria representa una excelente oportunidad para las empresas náuticas de presentar su oferta, especialmente para dar salida al stock disponible justo antes del inicio de la temporada. Para los visitantes, es una ocasión ideal para descubrir opciones atractivas. Además, para quienes aún no están familiarizados con el mundo de la náutica, es una puerta de entrada perfecta para conocer el sector y establecer contacto directo con los profesionales. Desde AISNEF, valoramos especialmente el componente divulgativo de la feria: más allá de su enfoque comercial, es una herramienta clave para acercar la náutica de recreo a la sociedad y fomentar una mayor conexión entre el público local y nuestro sector.
—¿Alguna novedad en esta edición?
—Observamos con interés cómo las soluciones de electromovilidad ganan protagonismo. Es cierto que la náutica va con retraso en comparación con el sector del automóvil, debido principalmente a la mayor resistencia al desplazamiento sobre el agua, lo que implica una necesidad energética mucho más elevada. Esto ha dificultado alcanzar autonomías razonables, pero la tecnología está avanzando y empiezan a surgir alternativas viables. En esta edición, varios expositores presentarán productos de propulsión eléctrica o híbrida, lo que sin duda es un paso hacia una náutica más sostenible.
—¿A qué retos se enfrenta el sector?
—El principal reto que afrontamos es revertir la tendencia negativa de los últimos dos años. La caída de la demanda contrasta con el aumento constante de nuestros costes: amarres, personal, mantenimiento... Todo sube, pero los precios no lo reflejan. Pocas empresas se han atrevido a subir tarifas esta temporada. Además, seguimos sufriendo un alto nivel de intrusismo por parte de embarcaciones que operan desde la península sin base en nuestras islas. Estas embarcaciones no cuentan con amarres fijos, realizan embarques en cualquier punto y muchas veces dejan residuos en calas y playas. Desde AISNEF trabajamos estrechamente con el Govern en la elaboración de un nuevo decreto de chárter que exija que las operaciones de embarque, desembarque y gestión de residuos se realicen exclusivamente en puntos autorizados, que en el caso de las Pitiusas son los puertos deportivos. Regular esta actividad es esencial, tanto para frenar el intrusismo como para proteger nuestro entorno marino.