El 27,8 % de la población balear se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, una cifra superior a la media nacional, mientras que el núcleo de la sociedad sin problemas de integración representa una minoría del 30 %.

Son datos del informe realizado por la Fundación Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA) presentado hoy por Guillermo Fernández, miembro del Servicio de Estudios de Cáritas España.

Del informe se desprende que 306.000 personas (115.000 hogares) en Baleares están en riesgo de exclusión, de las cuales 130.000 (41.000 hogares) están en riesgo de exclusión severo, a pesar de que las islas se sitúan en el séptimo puesto entre las regiones con rentas más altas de España.

Además, las desigualdades han crecido en la Comunidad Autónoma a un ritmo superior al de la media nacional desde el inicio de la crisis en el año 2008. En concreto, el PIB balear ha sufrido una variación negativa del 10,6 % desde ese año, mientras que en España el descenso ha sido del 8,6 %.

Fernández ha remarcado también que el núcleo central de la sociedad con integración plena, es decir, la parte de la población que no se ve afectada por ningún indicador de exclusión social, en 2007 suponía más de la mitad, mientras que ahora es el 30 %.

En este sentido, cabe destacar que la proporción de personas que tienen una integración precaria es del 41,9 % de la población, lo que significa que 4 de cada 10 personas que hoy pueden vivir dignamente aunque con algunos ajustes en casa corren el riesgo de caer en la pobreza si no mejora la situación.

Ante estos datos, Fernández ha explicado que lo que se critica desde FOESSA y Cáritas es el modelo social sobre el que se sustenta el país, que no garantiza que en época de bonanza la pobreza desaparezca. De hecho, el informe demuestra que 2 de cada 3 personas en riesgo de exclusión social ya lo estaban antes de la crisis, si bien esta ha acentuado las desigualdades.

El desempleo, la falta de participación política y las dificultades de acceso o precariedad en la vivienda son los tres problemas de exclusión que más afectan a la sociedad balear, según el informe.

La exclusión del empleo se acentúa en personas sin estudios. De hecho, de las personas con estudios universitarios en el archipiélago, 7 de cada 10 trabajan, mientras que de las que han cursado solo la secundaria obligatoria o ni siquiera estos estudios, solo trabajan 4 de cada 10.

No obstante, Fernández ha alertado de que muchos de los empleos son irregulares, temporales o no dan de alta en la seguridad social, lo que no garantiza que se pueda vivir de ellos.

De hecho, el riesgo de exclusión social se multiplica por tres en la población ocupada con empleo irregular (75 %, frente al 56,5 % nacional) y se multiplica por dos en personas con desempleo de larga duración (58,7 %).

Además, cuando el sustentador principal de una familia es una mujer, el grado de exclusión en Baleares es mayor tanto con respecto a las familias mantenidas por hombres, como en relación a la media nacional.

El colectivo de los menores de 30 años es otro de los que más sufren la precarización del empleo, según FOESSA.

El informe señala que 3 de cada 10 personas están al margen de los procesos de participación política y social.

La falta de interés y motivación por la participación es mucho mayor en Baleares que en el resto de España, alcanzando el 22 % frente al 8 % en España.

Además, la cantidad de personas que no votan en las municipales porque opinan que su voto no sirve para nada es seis veces mayor entre la población excluida que entre la integrada.

Por otro lado, 1 de cada 4 personas se ve afectada por factores de exclusión residencial, sobre todo por no tener dinero suficiente para pagar gastos de la casa.