Fotografía facilitada por Mascaró del empresario del calzado Jaime Mascaró, quien falleció el pasado octubre a los 74 años, y fue un visionario que, sin apenas formación, convirtió un pequeño taller artesano, Zapatillas Ferrerías, heredado de su padre, en una de las principales firmas españolas del sector. | Efe

El Consell de Govern ha acordado este viernes la concesión directa y excepcional de un premio Ramon Llull a Jaime Mascaró Pons, a título póstumo, y a otras diez personas e instituciones, tras las deliberaciones de un jurado que ha decidido los galardonados.

El Premio Ramon Llull de la comunidad autónoma fue creado en 1997 y es una distinción para honrar y distinguir, de forma individual o colectiva, las personas físicas y jurídicas que hayan destacado por los servicios prestados en Balears en los ámbitos cultural, deportivo, jurídico, empresarial, cívico, humanitario, de investigación, de enseñanza y lingüístico.

El premio a Mascaró reconoce la trayectoria empresarial del menorquín que logró un reconocimiento internacional de sus marcas de zapatos, que «han conseguido estar en los cinco continentes, a través de 98 tiendas propias y de una extensa red de tiendas multimarca, lo que mantiene el corazón y esqueleto de la empresa en Ferreries», destaca el Govern.

El resto de premiados son el galerista Jose Pinya Bonnin, por su contribución «a la difusión del arte contemporáneo en el ámbito local, nacional e internacional, mediante la sala Pelaires, fundada en Palma por él mismo en 1969, y que en la actualidad es una de las galerías de arte con más trayectoria en España».

Otro de los premios ha recaído, a título póstumo, en Pepe Ferrés Zendrera, fundador de la Asociación de Navegantes de Altura del Mediterráneo (ANAM), «en reconocimiento a su pasión por la náutica y por ser el impulsor de la Ruta de la Sal, que se ha convertido en el referente más importante de la navegación de altura en el Mediterráneo y ha posicionado Eivissa como un destino deportiva de calidad».

La Sociedad de Garantía Recíproca, ISBA, es otra de los premios Ramon Llull de este año, «por su extraordinaria labor durante más de 35 años y, en especial, por su faceta aglutinante de la iniciativa emprendedora basada en la solidaridad entre los empresarios, tanto individualmente como a través de las organizaciones empresariales».

El abogado y empresario ibicenco Alonso Marí Calbet es reconocido «por su contribución, como fundador del Grupo Insotel, al desarrollo económico, empresarial y social de Balears, y especialmente en el campo de la industria hotelera, naviera y de viajes».

EAPN Illes Balears, Red para la Inclusión Social Red de asociaciones sociales es otro de los reconocidos «por su compromiso con la erradicación de la pobreza y la exclusión social y por su incansable labor para garantizar que las personas en situación o riesgo de vulnerabilidad económica o social puedan ejercer sus derechos y deberes, así como para evitar la discriminación».

La Societat Casino 17 de Gener, de Ciutadella (Menorca), es reconocida «por su labor y trayectoria histórica, que la convierten en un notable exponente del asociacionismo ciudadano en las vertientes culturales, educativos, sociales, recreativos y deportivos, tanto a nivel local como autonómico».

Otro de los premios Ramon Llull es la Plataforma de Afectados por el Deslinde de la Costa de Formentera, «por su trabajo incansable ante todas las administraciones, de estima y defensa de la protección del litoral y su justa reclamación, con el que ha conseguido el apoyo de toda la sociedad formenterense».

Las Juntas de la Asociación Española Contra el Cáncer de Menorca, Asociación Alba de Menorca y Asociaciones y Movimientos contra el Cáncer de Eivissa Asociaciones son reconocidas «por la generosidad, solidaridad, altruismo y tenacidad de todas estas entidades», y «por su implicación en la lucha contra el cáncer y su dedicación y atención a personas afectadas por esta enfermedad».

La Unidad de Coordinación de Trasplantes del Hospital Universitario del hospital Son Espases es premio Ramon Llull «por convertirse en referente nacional e internacional en la obtención de donantes para poder trasplantar sus órganos y salvar vidas» y «un ejemplo de trabajo en equipo hospitalario en el que cada vez intervienen más profesionales».

Además se le reconoce el esfuerzo «por mantenerse desde hace más de una década entre uno de los hospitales con el mayor número de donantes del país, hasta el punto de que en 2014 fue el hospital de España con más donantes».

El último premiado Ramon Llull es el franciscano palmesano Antoni Riera Moreno Palma, fundador y director emérito del Coro de Niños Cantores del colegio de San Francisco, reconocido «por su vocación en la educación de los niños, para comunicar y trasladar a los pequeños la ilusión por el canto y por su pasión por transmitir a la sociedad mediante interpretaciones de música sacra en las celebraciones litúrgicas las raíces culturales propias».