Religión será a partir del próximo septiembre una asignatura no obligatoria, pero sí de oferta obligada. Los centros sostenidos con fondos públicos deberán ofertarla aunque solo haya una familia que lo solicite. Además, pasará a ser una materia que computará en la media del expediente académico.

Pero la polémica ha entrado en las aulas al conocerse este martes a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) los contenidos de esta asignatura en Primaria y Secundaria. La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) permitirá a partir del próximo curso que se evalúe si un niño de 6 años «memoriza y reproduce fórmulas sencillas de petición y agradecimiento» o bien si «valora y agradece que Dios le ha creado para ser feliz». Los más críticos ven en estos contenidos un retorno al pasado cuando rezar era una rutina más en las clases. La Conferencia Episcopal es desde 1979 la encargada de estipular los contenidos de la asignatura de Religión.

Con los nuevos contenidos, muchos apuntan que «la cultura religiosa» pasa a ser «adoctrinamiento religioso». Ésta es la opinión del secretario general de la Federació d’Ensenyament de CCOO, Toni Baos. «Con dinero público de un estado laico no se puede adoctrinar, ni en el cristianismo ni en cualquier otra confesión», afirma. Y destaca que «este curso ya se ha notado el incremento de contratación de docentes que imparten religión, en detrimento de otros especialistas».

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El asesor jurídico de Escola Catòlica, Marc González, se muestra crítico con los que ven un adoctrinamiento con los nuevos contenidos. «Decir que a partir de ahora se rezará en el aula, es una tontería. Los actos de culto, está prohibido que formen parte de una asignatura». Y añade, «nadie está obligado a escoger esta materia, es optativa». Según González, la polémica es que «se indetifica aconfesionalidad con el hecho de que se pueda impartir Religión».

La libertad religiosa y de culto es un derecho contemplado en el artículo 16 de la Constitución española, por eso, el vicari episcopal per l’Educació del Bisbat de Mallorca, Miquel Gual, se muestra partidario de que se pueda ofertar. Ahora bien, sobre el nuevo contenido curricular, asegura que «son contenidos más confesionales y no tanto en la línea de cultura religiosa. Haciendo una descripción objetiva». Y añade, «los contenidos son más de catequesis que de cultura, ahora bien, eso no significa que no haya pinceladas de cultura religiosa».

La Assemblea de Docents se muestra muy crítica con el nuevo panorama educativo. «Obligar a rezar va en consonancia con la ‘ley Wert’ y el aprendizaje memorístico que quieren implantar», detalla uno de los portavoces de la Assemblea, Miquel Àngel Tortell. Para el docente, «hay otras religiones además de la cristiana», y añade que la Conselleria d’Educació «no ha modificado ni una coma del programa y aplicarán tal cual los contenidos dictados desde Madrid a partir de ahora».