El nuevo conseller de Educació i Universitat, Martí March, ha defendido la necesidad de «una normativa lingüística clara y flexible» en Baleares, a partir del Decreto de Mínimos, que permita a los centros elaborar un proyecto lingüístico que se ajuste a sus características.

En el ámbito lingüístico, el nuevo conseller quiere que los estudiantes finalicen la educación obligatoria con «un conocimiento lo mejor posible del catalán y el castellano» y ha defendido que el catalán, como lengua propia, «sea más importante en la enseñanza a nivel de lengua vehicular».

Ha expresado su interés por que los alumnos «no solo que hablen mejor catalán y castellano, sino también que una tercera lengua se imponga, pero de otra manera», a partir de una reflexión metodológica y con medidas como mejorar las competencias del profesorado, hacer grupos más pequeños, y utilizar la televisión pública IB3 como instrumento.

«Estamos en contra del TIL pero a favor de que los estudiantes conozcan mejor idiomas porque la sociedad del siglo XXI es plurilingüista», ha asegurado a los medios tras jurar su cargo, y ha puntualizado que «de facto es como si el TIL no existiera», aunque se analizará su situación jurídica.

Abrir el diálogo efectivo con la comunidad educativa, trabajar para que el inicio de curso sea normal, en pro de un pacto educativo que dé estabilidad al sistema ante cambios políticos y llegar a acuerdos con la Universidad de las Islas Baleares son las prioridades señaladas por March.

«Queremos ir a los problemas importantes: mejorar el rendimiento del sistema escolar, reducir el fracaso y el abandono escolar y trabajar por mejorar la autonomía de los centros», ha defendido.