Este domingo se atrasará el reloj una hora. A las 3.00 horas las agujas se pasarán a las 2.00 horas.

El domingo llega el horario de invierno y, como consecuencia, los relojes se retrasarán una hora. A las 3.00 horas de la madrugada las agujas retrocederán hasta las 2.00 horas. De este modo, los días serán más cortos, ya que anochecerá antes, y por lo tanto la luz natural escaseará más.

El próximo domingo tendrá 25 horas. Una hora más para dormir. La justificación de este cambio, que no convence a todo el mundo, no es otra que termina el horario de verano para dar paso al de invierno. Es el segundo cambio de hora del año, tras el de primavera, en el que se adelantó una hora.

Ventajas de atrasar la hora

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El retraso de la hora tiene como fin reducir el consumo de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Una costumbre que comenzó en el año 1974 para poder aprovechar mejor la luz del sol (y consumir menos electricidad) tras la primera crisis del petróleo.

El domingo recuperaremos la que se considera hora oficial en España, que es ir una hora por delante del tiempo que marca el meridiano de Greenwich.

Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, el potencial de ahorro en iluminación en el territorio nacional por el cambio de hora puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.

Esta medida no solo se adopta en España, si no que se lleva a cabo en unos 70 países en todo el mundo. De hecho, Japón es el único país industrializado que no se ha adaptado aún a esta normativa.