Carmen Planas, Biel Torrents, Vicenç Vidal, Joan Company y Joan Simonet antes de empezar el debate. | J. Temes

Doce meses depués de la promulgación de la Ley Agraria, el sector primario hace frente común y apuesta por la norma impulsada por el anterior ejecutivo. Asaja, Unió de Pagesos y Unió de Petits Agricultors (UPA) participaron este miércoles en una jornada de debate para valorar cuáles han sido los efectos de la aplicación de la norma y conocer también los flecos pendientes.

La jornada, que se celebró en la sede de la CAEB ante un numeroso público, finalizó con un manifiesto conjunto de las tres asociaciones en que mostraban su apoyo a la ley porque «pretende frenar la caída en picado de la actividad agraria y ser un punto de inflexión».

Redactado en 19 puntos básicos, el manifiesto de los agricultores destaca que la norma fue consensuada por todo el sector, que regula su actividad desde el punto de vista agrario, y que no regula ni permite nuevas construcciones de uso residencial.

Además, aseguran que la ley determina que los usos agrarios siempre son usos admitidos en suelo rústico «ya que entendemos que no hay nada más normal que hacer agricultura en suelo rústico».