La demora media para una resonancia magnética, como la que aparece en la imagen, es de 64,34 días. | Redacción Local

Los usuarios de la sanidad pública balear todavía tienen que esperar demasiado para conseguir cita para una prueba radiológica, una intervención quirúrgica o una consulta con el especialista. A pesar de que las cifras han mejorado, con respecto a hace un año, los datos están lejos de ser óptimos.

Así lo afirmó este miércoles el director general del IB-Salut, Juli Fuster, al presentar las listas de espera a 30 de junio. Fuster reconoció el «gran esfuerzo» de todos los profesionales implicados para agilizar el sistema y mejorar la atención a los ciudadanos. «Nos estamos dejando la piel», dijo y recordó que este año cuentan con 14,5 millones de euros para pagar la actividad extraordinaria para reducir el tiempo de demora.

El pasado 30 de junio había 47.066 pacientes esperando una prueba radiológica, 15.061 pacientes con primera indicación radiológica y 32.005 con indicación radiológica de control. En el primer caso, los pacientes esperan una media de 40,2 días y en el segundo caso la media aumenta hasta los 67,31 días. La espera media para una mamografía es de 41,98 días. Para una resonancia magnética la espera media es de 64,34 días y para un TAC aumenta hasta los 64,54 días. A finales del primer semestre del año había un total de 12.225 pacientes pendientes de una intervención quirúrgica, un 7,1 % menos que en la misma fecha de 2015, mientras que el descenso en el tiempo de demora ha sido del 26 % en el mismo periodo.

Fuster destacó el descenso en el volumen de pacientes que esperan más de seis meses para ser operados, 945 personas, frente a las 2.313 del año pasado.