Aitor Morrás, Alberto Jarabo, Baltasar Picornell y Laura Camargo, de Podemos, en el Parlament. Foto: JAUME MOREY

La presidencia del Parlament seguirá previsiblemente en manos de Podemos cuando la deje Xelo Huertas, que el lunes fue suspendida de militancia –junto a la diputada Monte Seijas y al dirigente del Consejo Ciudadano Autonómico Daniel Bachiller– después de un expediente exprés del que informó ese día en Madrid el secretario de Organización del partido, Pablo Echenique.

Aunque durante esta semana, posiblemente una de las de mayor carga y tensión política desde la dimisión de Esperança Camps (Més) como consellera de Transparència u Cultura, diferentes cargos de Podemos han valorado si era oportuno continuar presidiendo la Cámara (Laura Camargo, portavoz, aseguró que su opinión personal era que «no hay que dejarse la piel» en luchar por ella»), todo apunta a que seguirá en manos de la formación morada. La propia presidienta del Govern, Francina Armengol, apuesta por la continuidad aunque no lo haya dicho públicamente.

Llamó Pablo Iglesias

Su tesis es que una vez que se resuelva este episodio –que tiene su origen en la división del grupo parlamentario ante el acuerdo para apoyar inicialmente los Presupuestos– no hay que variar el equilibrio de fuerzas establecido en los acuerdos de gobernabilidad que le dieron la presidencia tras las autonómicas de 2015. Por dos motivos: uno, porque sigue considerando en que la mejor forma de visualizar cómo entiende la política de pactos que ha estado defendiendo en clave estatal y dos, porque así evita abrir nuevos frentes y agitar, por ejemplo, tensiones en Més, al que no dará más protagonismo del que tiene. Nada apunta a que el socialista Vicenç Thomás pueda ser el relevo de Huertas.

Después de una semana de mucha tensión, la sensación de que el desenlace político está próximo se puso de manifiesto a partir del viernes cuando el diputado de Podemos Aitor Morrás se demarcó de Huertas y el también parlamentario Salvador Aguilera matizó una declaraciones en las que daba a entender que cuestionaba el pacto presupuestario que negociaron Alberto Jarabo, Laura Camargo y Carlos Saura con el Govern.

Pablo Iglesias contactó con Armengol para informarle de lo que iba a anunciar Echenique. Pero tanto desde Podemos como desde el Consolat de Mar se niega que allá se tuviera un conocimiento previo de se preparaba un expediente. Més y PSIB se han mostrado incómodos ante un hecho: que se ha hablado más de la reacción de Huertas y de Seijas, y de las acusaciones lanzadas por ambas contra la dirección de Podemos, que de las razones de la sanción.

Jarabo aparenta tranquilidad. También ante acusaciones sobre el supuesto trato de favor de una empresa audiovisual de la que era socio hasta que vendió las acciones con IB3. Jarabo forma parte de la comisión parlamentaria de control del ente, a la que se han presentado preguntas sobre este asunto. Valorará si más adelante, no ahora, tiene que dejarla. Decidirá el partido, que fue, según explica, quien le propuso.