Elena Muñoz junto a la presidenta de ALCER Balears, Manuela de la Vega. | Joan Torres

Las personas que sufren problemas renales en Baleares saben bien lo difícil que es hacer frente a su vida con diálisis y la larga lista de espera que hay para conseguir un trasplante de riñón, en caso de que sea necesario.

Más de 97.000 personas de Baleares tienen enfermedad renal crónica y unas 1.380 están en tratamiento renal sustitutivo que implica necesidad de diálisis o trasplante, según los últimos datos del Registro de la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Los pacientes que necesitan un tratamiento renal sustitutivo crecen en las Islas al ritmo de 187 personas al año. La prevalencia de la enfermedad renal alcanza a 1.220 pacientes por cada millón de personas en Baleares, frente a los 1.211 de media nacional.

Este jueves, con motivo de la celebración del Día Mundial del Riñón, un grupo de enfermos renales pegó carteles en Son Espases con el objetivo de dar a conocer la recién creada plataforma en defensa de la diálisis pública.

Henri Ilhe y Miguel Ángel Mariano, dos de los pacientes que han creado la plataforma, defienden que «no recorten las plazas de diálisis en la sanidad pública» y que «los enfermos no somos mercancía para mandarnos de un hospital a otro como quiere hacer el Servei de Salut».

Este año el lema de la asociación ALCER, que en Balears preside Manuela de la Vega, está centrado en evitar la obesidad, ya que es uno de los factores de riesgo de padecer enfermedad renal crónica.