Jaume Matas junto al exdirector general de deportes ‘Pepote’ Ballester. | PERE BOTA

Jaume Matas retoma la defensa del «hágase». En su cuarto juicio derivado del ‘caso Palma Arena’, el expresident negó cualquier relación con el modo en el que se contrató a los arquitectos del velódromo. Limita su papel al de haber tomado la decisión política de construir una pista al hilo de que se eligiera a Palma sede del campeonato del mundo de ciclismo. «Eso es lo que yo decidí. Una vez que se toma la decisión de hacer el proyecto, Ballester (José Luis, entonces director general) se pone en marcha». La Fiscalía y el Govern reclaman penas que suman cuatro años de cárcel por dos delitos diferentes de fraude a la administración.

El expresident, que sí admitió este delito en el ‘caso Nóos’, en esta ocasión se desmarca del modo en el que se contrató a los arquitectos. El proyecto tuvo dos responsables, en primer lugar Ralph Shürmann. Según manifestó, el también acusado José Luis Ballester contactó con la Unión Ciclista Internacional y allí le recomendaron a este profesional. Ante la premura de tiempo, la infraestructura tenía que estar lista en dos años, y la necesidad de garantizar la homologación se optó por esta contratación. Matas relató que tuvo una reunión con el arquitecto alemán en el Consolat de Mar en la que presentó el proyecto pero dijo no saber si en ese momento ya se le había contratado o no.

El segundo equipo de arquitectos que llegó al velódromo, los hermanos García Ruiz, sí lo hizo de mano de Matas. Según admitió ayer sí dio este nombre porque Shürmann, afincado en Alemania, necesitaba colaborar con un despacho local, pero sostuvo que era el experto en velódromos quien lo tenía que contratar, no la administración pública.

A indicación de su abogado, Josep Zaforteza, Matas rechazó contestar preguntas sobre las actas falseadas de la fundación Illesport: «Ya ha sido juzgado por estos hechos en el ‘caso Nóos’». La defensa también intentó dejar fuera del juicio numerosa documentación aportada por la fiscal, Laura Pellón, para completar las dos piezas separadas que se juzgan con parte de la investigación principal del Palma Arena. El letrado argumentó que desde que se abrieron las piezas en junio de 2010 hasta 2016 no se ha tocado un papel en las mismas. La defensa planteará en conclusiones un atenuante cualificado por estas dilaciones en el procedimiento.

Por su parte, José Luis ‘Pepote’ Ballester apuntó a que sí hubo indicaciones de Matas y que éste dio el visto bueno antes de que se produjeran las contrataciones. El exdirector general, ‘arrepentido’ en todas las piezas del Palma Arena cargó contra sus excompañeros de Govern y partido por «esconderse»: «Yo sí he asumido en el día a día el hecho de que la colaboración es decir la verdad y dar la información para poder hacer que las cosas tengan algo de lógica, porque al principio nadie sabía absolutamente nada». Además, recordó que al inicio del caso: «Estaba oyendo que todo recaía sobre mí, nada recaía sobre el señor Matas, todo el mundo le tenía miedo».

El juicio continúa hoy con la declaración de testigos y se prolongará durante toda la semana.

EL APUNTE

El arquitecto estrella le dice a la Sala que no comparecerá como testigo

El primer arquitecto que fue contratado para el Palma Arena, Ralph Shürmann, no quiere venir al juicio. Estaba citado para que declarara hoy pero ayer se descolgó con un escrito a la Sala en el que anunciaba que no comparecería porque ya lo había contado todo en instrucción al juez Castro. El arquitecto alemán inició el proyecto pero, tras una serie de problemas, su contrato fue rescindido por el Govern.