Acoso escolar un nuevo curso, ¿mejores herramientas?

Mi hija ya no recuerda cuándo era feliz y su vida no se asemejaba a un infierno. Ahora tiene 18 años, lleva diez sufriendo acoso escolar y aún hoy pagamos las secuelas», denuncia Concepción Lorente, que cansada de llamar a las puertas de todas las instituciones sin recibir respuesta, el año pasado tomó el toro por los cuernos y puso en marcha la asociación Sin Acoso Escolar Mallorca. Esta entidad sin ánimo de lucro, que no cuenta con ayudas autonómicas, tiene como objetivo atender a niños víctimas de acoso escolar con terapia psicológica, a los padres con apoyo judicial, sin olvidar tampoco el tratamiento para los menores acosadores.El problema del bullying, o acoso escolar, ha pasado de ser ese gran desconocido que muchos sufrían en silencio hace unos años, a convertirse en uno de los temas que más preocupan a padres y educadores. Jokin Z., un adolescente de 14 años residente en Hondarribia (Guipúzcoa), fue el primer caso notorio de suicidio por acoso escolar en nuestro país. Desde entonces han pasado 13 años y, desgraciadamente, más nombres se han sumado al de este chaval. Hasta 70 menores se han suicidado en nuestro país por el acoso que sufrían en las aulas.

NUEVO CURSO, MÁS MEDIDAS

Este curso escolar que comenzó el miércoles ha llevado a las aulas de Balears a más de 165.000 alumnos. Para muchos fue un día de reencuentros con amigos, cambiar la rutina y comenzar una nueva etapa escolar; para otros, volver al día a día de vivir a expensas de que su acosador no la tome con él o le haga la vida imposible de una nueva y torticera forma.

Aunque las principales instituciones trabajan para actuar contra la lacra de la violencia en las aulas, según informes de diferentes entidades como Save The Children, el 30 % de los alumnos señalan que han recibido golpes físicos y uno de cada tres admite haber agredido a otro estudiante. La Conselleria d’Educació ya puso en marcha el curso pasado un protocolo estandarizado antibullying para todos los centros de las Islas. El objetivo pasaba porque los docentes tuvieran claro cómo actuar ante los casos de violencia en las aulas y ponerles fin; que se unían a los planes de convivencia que muchas escuelas ya han creado motu proprio durante los últimos años. «Se han llenado la boca hablando de este protocolo, pero nosotros consideramos que es inviable. Exige que sea el menor el que denuncie los hechos. Y muchas veces son incapaces de articular lo que les está ocurriendo», critica Miguel López, abogado de la asociación Sin Acoso Escolar Mallorca, que recuerda que la Conselleria ha preparado a 600 docentes para luchar contra el acoso escolar. Pero el alumnado balear es superior a los 165.000 estudiantes y hay casi 15.000 profesores. «Faltan medios, dotación económica y personal cualificado», recalca López.

147 CASOS

Según datos del Instituto de Convivencia y Éxito Escolar, durante el curso 2015-2016 se activaron 296 protocolos por episodios de este tipo aunque sólo la mitad, 147 para ser exactos, fueron catalogados como tal. Lo que más llama la atención de estas cifras es que los casos de ciberacoso, fuera de las aulas, empezaban a aumentar. Otro punto que critica esta entidad: el protocolo aprobado por la Conselleria actúa de puertas adentro del centro escolar. ¿Pero fuera qué tienen que hacer los menores? «Los grupos de whatsapp hacen de esta medida papel mojado», dice el abogado de Sin Acoso Escolar Mallorca. Esta misma semana, por ejemplo, corría por las redes sociales un vídeo grabado en Tarifa (Cádiz), en el que se veía a varias niñas de doce años agrediendo y vejando a otra menor de la misma edad del pueblo de al lado. Y ni siquiera eran compañeras de escuela. ¿Cómo se frena algo así?

Otra medida que se pretende potenciar este curso en las escuelas de las Islas pasa por fomentar los talleres y charlas sobre igualdad entre hombre y mujeres, así como los talleres de educación afectivo-sexual. «Todo esto está muy bien. Pero más les valdría dar este tipo de charlas a los padres antes que a los hijos», lamenta Concepción Lorente, presidenta de Sin Acoso Escolar Mallorca, al tiempo que exige una ley integral contra el acoso escolar, que el Gobierno lo reconozca como otra clase de violencia, y que en el grado de Magisterio se imparta una asignatura específica para atender los casos de bullying.

«Me alegro mucho de que Educació se haya puesto las pilas y anuncie más herramientas para evitar el acoso escolar; eso significará que con el tiempo habrá menos niños y padres que no tendrán que pasar la penitencia que nos ha tocado sufrir a nosotros. Pero permítame que me muestre escéptica con estas supuestas barreras», finaliza Lorente.

De ‘bullying’ a agresión puntual

Todo ocurría el pasado 5 de octubre durante la hora del recreo en el colegio Anselm Turmeda de Palma, cuando una niña de ocho años fue apaleada –según la versión de la menor y sus familiares– por un grupo de compañeros de clase por un riña con un balón, sin que hubiera profesores delante. La familia denunció los hechos como un caso de bullying porque, aseguraban, «no era la primera vez que la menor era acosada», al tiempo que concedían entrevistas a medios locales y nacionales como si les fuera la vida en ello. Con la maquinaria mediática echando fuego, la opinión pública exigía responsabilidades y dimisiones; hasta que llegó el informe de Educació, que fue claro: no hubo intencionalidad previa o bullying en este caso. Es decir, pasamos de un caso de acoso escolar a la típica pelea puntual de patio de colegio... ¿Las consecuencias para los agresores? Suspensión de entre 3 y 5 días de la escuela, dependiendo del nivel de participación durante el encontronazo, y una carta de disculpa a su compañera por lo sucedido. Casi un año después, la familia de la niña ha ido perdiendo todas las demandas que ha presentado; la última, la no admisión de la querella contra el centro, en julio de este año.