Los trabajadores de Orizonia realizaron varias concentraciones a principios del año 2013 en contra del ERE y con el objetivo de salvar su empleo, aunque la empresa cerró. Buena parte de los empleados afectados consiguió recolocarse en otras compañías del sector turístico. | Última Hora

La mejora de la economía balear tiene una incidencia directa en la actividad empresarial de las Islas. El pasado año se presentaron 10 expedientes de regulación de empleo (ERE) de extinción que afectaron a 142 trabajadores, que perdieron su empleo. Se trata de la cifra más baja de empleados despedidos a raíz de un ERE en la última década en las Baleares, incluso por debajo de la registrada en 2008, al inicio de la crisis, cuando 216 empleados se quedaron sin trabajo debido a este procedimiento, según datos de la Conselleria de Treball, Comerç i Indústria.

El peor dato fue el alcanzado en el año 2011, cuando 783 trabajadores de Baleares fueron despedidos debido a los 27 EREs de extinción que se presentaron. Fue uno de los peores años de la recesión y también el que se aprobó el ERE para todos los empleados de las ya extintas Ràdio y Televisió de Mallorca. En total, en 2011 se presentaron 264 expedientes de regulación de empleo, como se aprecia en el gráfico adjunto, y afectaron a poco más de 3.000 trabajadores, la cifra más alta de la década. Este dato contabiliza los EREs de extinción, suspensión y reducción de jornada.

Estabilización

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El pasado año se presentaron un total de 90 EREs en las Baleares, por encima de los 81 del 2017. Sin embargo, el número de afectados fue ligeramente inferior, 580 frente a 589, una cifra prácticamente igual a la de año 2008. «Desde el año 2015 se reduce el número de trabajadores perjudicados por este procedimiento y en 2018, por fin, recuperamos los niveles previos a la crisis, lo que significa una estabilización», manifestó la directora general de Treball, Isabel Castro. También valoró que el número de trabajadores despedidos el pasado año descendiera pese a que el número de procedimientos se mantuviera.

De cara a este año y los próximos, la directora general no prevé muchos cambios. «En los últimos ejercicios ha habido un descenso importante tanto de trabajadores perjudicados como de expedientes presentados y pensamos que la situación ya está estabilizada, por lo que no auguramos una reducción mucho más acentuada», dijo. Al mismo tiempo, valoró las actuaciones de mediación que se llevan a cabo para reducir el impacto de los EREs.

En la última década, se han tramitado cerca de 2.000 EREs en las Baleares de todos los sectores productivos, si bien construcción ha sido el más afectado. Por su parte, las empresas del sector servicios y, en concreto, de hostelería, no han quedado al margen de esta dinámica. Es el caso de Orizonia, que fue uno de los EREs con más repercusión por el elevado número de trabajadores afectados, si bien buena parte de ellos logró recolocarse en otras empresas del sector turístico.

Pese a la estabilización y a la recuperación, este año se acaba de presentar otro ERE que merma la industria balear. Se trata del que ha presentado la multinacional Cemex y que afecta a 85 trabajadores de la cementera de Lloseta, de los que 17 se han acogido a una prejubilación y otros 17 serán recolocados. En este caso, si bien la compañía ha esgrimido razones económicas, muchas voces apuntan a que su decisión de dejar de producir cemento en la Isla se debe a una política estratégica empresarial.