Imagen de la primera reunión del Consell de Govern con los nuevos consellers y conselleres. A la derecha, Yllanes. | Jaume Morey

El nuevo organigrama del Govern, con una conselleria, dos secretarias autonómicas y 5 direcciones generales más, tendrá también más plazas de personal eventual, lo que se conoce asesores. Concretamente 20 más.

Se trata de puestos de confianza, personal eventual de gabinete, que cesan cuando cesa quienes los nombra. Incluye a secretarías personales, asistentes y responsables de comunicación. El coste añadido es de unos 600.000 euros, según se informó tras la primera reunión del nuevo Ejecutivo y que estuvo dedicada, únicamente, a aprobar nombramientos.

«Después de la experiencia de los últimos cuatro años hemos visto la carga de trabajo que hay en las consellerias». El incremento supone pasar de 50 a 70. La retribución para cada una de estas plazas oscila entre los 30.000 euros anuales a los 48.000.

Además de aprobar los primeros nombramientos –22 direcciones generales, una secretaría autonómica y las secretarías generales de cada departamento– se acordó la primera de una serie de modificaciones en la relación de puestos de trabajo para incorporar una nueva plaza de secretaría para la dirección de gabinete de la Presidència del Govern y de cada una de las 11 conselleries. Estos nuevos puestos se incluyen entre los 20 de nueva creación.

El organigrama del Govern, más allá de los puestos eventuales, se incrementa en una docena de altos cargos. De 70 pasa a 83, incluyendo 5 direcciones generales más, una delegación de la Presidència para Cultura y las dos secretarías autonómicas. El incremento global de altos cargos y personal eventual puede superar el millón de euros al año según se desprende del coste de la anterior administración y de lo que supondría añadir el de los nuevos puestos.

De momento solo una, de las dos secretarías autonómicas, la de Memòria Democràtica y Bon Govern, tiene titular nombrado. La llevará Jesús Jurado (Podemos) anterior vicepresidente segundo del Consell de Mallorca.

Las secretarías autonómicas son nuevas en el organigrama por lo que hubo que aprobar un decreto en que se establecen sus funciones. Establece que quienes las ocupen tendrán la condición de ‘altos cargos’ y que percibirán una retribución anual de 58.000 euros (a medio camino entre las retribuciones de quien ocupa una dirección general y una conselleria) y que su función será de coordinación entre las direcciones generales que dependan de ella pero que «no tienen atribuidas funciones de resolución o revisión de actos administrativos de las direcciones generales bajo su coordinación».

La creación de estos dos departamentos desatascó el bloqueo inicial para cerrar el acuerdo después de que Més exigiera tener más conselleries. Una la gestiona Més y otra Podemos.