La seguridad de un importante número de servicios de vigilancia de Baleares, algunos de ellos desempeñados en sectores estratégicos, está en jaque por la falta de más de 300 vigilantes en nuestro archipiélago.

Según datos facilitados por las principales empresas de seguridad que operan en nuestra comunidad y avalados por fuentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, en la actualidad, operan en el territorio insular unos 2.300 vigilantes con TIP (Tarjeta de Identificación Profesional) en vigor. Todos ellos coinciden en señalar que, especialmente en temporada estival, no se logra alcanzar el número de licencias necesario para cubrir todos los puestos de trabajo.

Esta circunstancia pone en grave riesgo la seguridad de algunos servicios. La situación por el momento está controlada gracias al ejercicio de responsabilidad de las empresas del sector que están desplegadas en Mallorca y de los propios vigilantes en activo que, con sentido común, tratan de solventar de forma conjunta la falta de efectivos con un aumento de las horas extras o pactando que algunas libranzas en lugar de disfrutarlas en verano puedan tenerlas en temporada baja.

Puestos estratégicos

Puertos, aeropuertos, centros penitenciarios, hospitales, organismos públicos, centros comerciales, zonas industriales, construcciones, etc... son algunos de los servicios que realizan los vigilantes. En algunos casos, no siempre se puede dar cobertura con personal titulado y ello conlleva un importante descenso de la seguridad para los ciudadanos.

La seguridad privada en las islas sufre, al igual que el resto de personal de emergencias, policial o sanitarios, el problema de la falta de vivienda. Uno de los grandes inconvenientes del sector es la dificultad que supone la llegada de refuerzos estivales procedentes de la Península. Los precios desorbitados de la vivienda, con alquileres que rondan los 600 o 700 euros por habitación en algunas zonas, se convierte en un handicap que castiga duramente a los profesionales de otras comunidades que descartan desplazarse al archipiélago a trabajar.

Desde la Comisión de la Seguridad Privada de Baleares, se destaca que el número de vigilantes ha crecido un 4,54 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, pero, no obstante, en las islas la estacionalidad tiene una especial incidencia en comparación al resto de comunidades. Los servicios durante la temporada de verano se quintuplican, lo que sin duda requiere una gran eficacia y compromiso durante la temporada estival de los profesionales debido a la enorme afluencia de turistas. Otro punto a tener en cuenta y que ha disparado la demanda de seguridad es la construcción de hoteles de lujo, centros comerciales, hospitales, edificios y el miedo de las grandes constructoras de que sus inmuebles sean ocupados.

La Unidad de Seguridad Privada de la Policía Nacional, organismo competente en la vigilancia y control del sector, es bien consciente de esta situación. Por este motivo, mantienen una supervisión constante y realizan inspecciones periódicas con la intención de que no se comentan irregularidades de carácter grave. Es cierto que, por falta de personal, algunas funciones más sencillas las están supliendo en la actualidad auxiliares de servicio. «No es del todo legal, pero no hay otra solución», apuntan las fuentes consultadas para la elaboración de este reportaje.

Competencia

«Para el sector es imprescindible acabar con la competencia desleal, los bajos precios de las licitaciones (incluso públicas), la insuficiente correlación entre el riesgo asumido y la rentabilidad, la inseguridad jurídica, el intrusismo y los problemas de regulación. Debemos trabajar todos unidos para dignificar el brillante trabajo que realizan nuestros profesionales», destacan desde la Comisión de Vigilantes de Seguridad de Baleares.

Para ser vigilante de seguridad hay dos vías, una es hacer una formación de 180 horas donde se te dan los conocimientos para presentarte a un examen a policía donde ellos marcan unas convocatorias al año, y la otra es obteniendo el certificado de profesionalidad. Dicho certificado de profesionalidad ha ampliado las horas de formación, pasando de 180 a 350 horas, realizando prácticas en empresas, un punto beneficioso ya que pueden ver el día a día de un vigilante de seguridad, sin poder ejercer pero, aprendiendo como se realiza el trabajo real antes de empezar.

Para obtener la TIP los profesionales, al igual que los integrantes de los cuerpos policiales, no pueden tener antecedentes penales dolosos, deben ser mayores de edad y ser ciudadano de la Unión Europea.