Los bienes inmuebles representan el 27,76 % del total declarado en Baleares. | Albert Bravo Gil

Los ciudadanos de Baleares con un patrimonio –bienes materiales y dinero– superior al millón de euros no han parado de crecer en los últimos años, al igual que el patrimonio que poseen. Entre 2012 y 2017, el patrimonio declarado al fisco de estos contribuyentes se ha incrementado en casi 6.000 millones de euros.

En 2017 (último año del que la Agencia Tributaria dispone de datos que, precisamente, hizo públicos el martes), 7.721 contribuyentes de las Islas presentaron el Impuesto de Patrimonio por un valor de 22.776,9 millones. La mayoría de partidas declaradas se incrementan con el paso de los años, si bien su peso de mantiene más o menos estable.

Así, el 64,26 % del patrimonio total corresponde al capital mobiliario, es decir, acciones, deuda pública o depósitos en cuentas bancarias, que suponen 14.630,9 millones. En 2012 representaba el 66,31 % del total, aunque su valor era inferior, de 11.143,9 millones. El mercado inmobiliario se muestra como la segunda opción favorita, acaparando poco más de una cuarta parte del patrimonio total (6.320,9 millones). Su peso es similar al de cinco años antes, aunque varía la cantidad, ya que era de 2.000 millones menos.

A mucha distancia figuran otros bienes y derechos (2,93 %), seguros y rentas (2,6 %), bienes afectos a actividades económicas (2,23 %) y bienes suntuarios (43,4 millones, un 0,21 %). Estos últimos se distinguen entre objetos de arte y antigüedades, por una parte; y joyas, pieles, vehículos, embarcaciones y aeronaves, por otra. Mientras que el valor de los bienes del primer grupo es inferior al de cinco años antes, el del segundo grupo ha aumentado un 55,5 %, al pasar de 21,1 millones en 2012 a 43,7 millones en 2017.

En cuanto al número de declarantes, se incrementó en más de un millar en comparación con 2012, lo que representa una subida porcentual del 20,5 %, inferior al crecimiento del 35,5 % del patrimonio declarado (5.971,2 millones). Esto significa que en las Islas no solo ha aumentado el número de contribuyentes con más bienes sino que algunos de estos declarantes han incrementado su patrimonio en los años de reactivación económica, incluso en los primeros años de recuperación cuando el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) era muy moderado.

El Impuesto sobre el Patrimonio es un tributo de carácter directo y naturaleza personal que grava el patrimonio neto de las personas físicas. Está cedido a las comunidades, que obtienen el total de la recaudación y se encargan de su gestión. Además, los gobiernos autonómicos pueden regular el mínimo exento, sus tarifas y deducciones. En las Islas pagan este tributo los residentes con un patrimonio superior al millón de euros y se trata de contribuyentes con patrimonio superior al mínimo exento de 700.000 euros y con vivienda habitual exenta hasta los 300.000 euros.

El importe medio declarado en 2017 en Baleares fue de 2,94 millones, por debajo de los 3,3 millones de media estatal.