Imagen de archivo de la cárcel de Palma. | Alejandro Sepúlveda

Un hombre, de nacionalidad española y mediana edad, fue detenido la semana pasada tras ser interceptado en el control de acceso a la cárcel de Palma con 60 gramos de hachís escondidos en la boca que iba a hacer llegar a su hijo, que se encuentra preso.

La Guardia Civil, tras recibir el aviso de los trabajadores de la cárcel, lo detuvo por un delito de tráfico de drogas y tras declarar en el juzgado de guardia de Vía Alemania quedó en libertad con cargos. A los funcionarios de la cárcel les llamó la atención lo nervioso que se mostraba el hombre mientras esperaba para pasar por el escáner de seguridad.

Cuestionado por si le pasaba algo les respondió que no en voz baja, pero los trabajadores de la cárcel no le creyeron. Una sospechosa ‘inflamación’ en la boca le delató. Cuando la abrió descubrieron unos 60 gramos de hachís escondido en su interior. La Guardia Civil acudió minutos después y lo arrestó. Horas más tarde pasó a disposición judicial en los juzgados de Vía Alemania y confesó ante el juez que la droga era «para su hijo», que se la había pedido y no podía decirle que no porque le «daba pena». Su intención era llevarla escondida en el bolsillo pero a última hora cambió de idea y se la introdujo en la boca, pero su plan no salió como esperaba.

El hombre carece de antecedentes penales relacionados con temas de drogas y fue puesto en libertad con cargos por el juez de guardia.