Dos personas con mascarilla en un bar de Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Una familia media, con dos hijos, verá cómo se incrementan sus gastos mensuales entre 72 y 115 euros, tras decretarse el uso obligatorio de mascarillas en espacios cerrados y en la calle cuando no se pueda garantizar una distancia mínima de dos metros. La medida, que entra hoy en vigor, afecta a los mayores de seis años, aunque también es recomendable entre los niños de 3 a 5 años.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Balears hay 88.700 núcleos familiares con dos hijos, mientras que otros 18.900 tienen tres o más. Así, más de 107.000 familias tendrán que hacer un gasto extra de mínimo unos cien euros de media con esta nueva normativa, puesto que ni el Govern balear, ni el estatal, no tienen previsto ningún tipo de ayuda o distribución gratuita de este material.

El precio de la mascarilla quirúrgica en una farmacia es de un máximo de 0,96 euros según se fijó en el BOE del pasado 22 de abril, aunque en los supermercados y grandes superficies ya se hagan ofertas de paquetes de diez mascarillas higiénicas a seis euros. De esta manera, una sola persona deberá invertir de 18 a 29 euros mensuales si gasta una de estas medidas de protección al día.

La cosa se complica si la persona que utiliza la mascarilla tiene problemas de salud que le obliguen a protegerse más y debe utilizar unidades de alta eficacia como sería la FFP2, a cinco euros la unidad. En este caso el gasto mensual individual asciende a 150 euros.

De la obligación de llevar mascarilla quedan excluidas las personas con dificultades respiratorias o aquellas para quienes está contraindicado por motivos de salud o discapacidad. Además no será necesario llevarlas cuando su uso sea incompatible con otra actividad como es tomar alimentos o bebidas o hacer deporte. Sin embargo, sí deben llevarse en los lugares de trabajo. El Ministerio de Sanidad ya las recomendó a principios de mes para sitios en los que no se puede mantener la distancia de seguridad fijada en dos metros.

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Respecto a los tipos de mascarillas que deberán usarse, la orden ministerial indica que pueden ser de cualquier tipo, preferentemente higiénicas y quirúrgicas, que cubran nariz y boca.

Este nuevo producto de consumo masivo ha obligado a los establecimientos a hacer acopio ante un previsible aumento de la demanda y eso se ha reflejado, por ejemplo, en la Cooperativa de Apotecaris que ha tenido que doblar turnos del personal durante la pandemia y establecer planes de contingencia.

Las farmacias de Balears no sólo han visto crecer las ventas de mascarillas, también han absorbido buena parte de los pacientes con afecciones menores que en durante el estado de alarma han preferido ir a una botica para evitar acudir al centro de salud, según explican fuentes internas.

¿Por qué ahora?

El uso masivo de mascarillas se ha decretado en estos momentos para dar más seguridad en el proceso de desescalada y evitar contagios, aunque también porque hasta ahora no ha habido el suficiente stock. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, admitió el pasado martes que la recomendación de llevar mascarilla no se hizo en febrero, cuando se expandía la pandemia en los países de occidente, porque «en aquel momento las mascarillas quirúrgicas sólo se fabricaban en China, lo que supuso un gran problema en Europa a la hora de recomendar el uso de un equipamiento que apenas estaba disponible en todo el entorno europeo. No se valoraba cuánto era el riesgo ni las medidas que nos gustaría tener, sino qué medidas podíamos utilizar», reconoció.