El alquiler de viviendas turísticas es una de las ofertas más demandadas, más en una coyuntura como la actual, donde el distanciamiento por motivos de seguridad es fundamental. | Redacción Local

Registrar a todos los ocupantes de las viviendas de uso turístico y guardar ese registro durante treinta días para facilitarlo a las autoridades policiales y administrativas en caso necesario.

Es una de las recomendaciones que se recogen en el nuevo protocolo de seguridad para esta oferta de alquiler que ha elaborado el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) a petición del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

El protocolo ha sido negociado con la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur), en la que está englobada la Asociación de Viviendas Turísticas de Balears (Habtur), y recoge, entre otras medidas, entregar mascarillas y gel o guantes a los clientes a su llegada al alojamiento.

Todo ello está enfocado a ofrecer a los clientes la máxima seguridad sanitaria con motivo de la crisis que ha provocado la COVID-19 en la industria turística.

La gerente de Habtur, María Gibert, valoró ayer de forma positiva el protocolo aprobado: «Estamos agradecidos por disponer de una herramienta para garantizar la máxima seguridad a nuestros clientes. Es totalmente asumible por nuestros asociados y se encuadra dentro de nuestra estrategia de ofrecer calidad a nuestros clientes, más en esta coyuntura marcada por la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus».

Para ayudar a contener la expansión del coronavirus, el protocolo recomienda prescindir en la medida de lo posible de alfombras, textiles y otros objetos decorativos en las viviendas turísticos. Las llaves deben ser entregadas tras un proceso de desinfección.

Las basuras, tener doble bolsa y un accionamiento no manual y las almohadas o mantas que se guarden en armarios deben estar correctamente protegidas. Tras cada cambio de cliente hay que desinfectar todas las perchas.

También se describe cómo debe ser la limpieza de los alojamientos, cuya frecuencia debe incrementarse. Al propietario de la vivienda le corresponde asegurarse de que el personal de limpieza cuenta con las protecciones adecuadas. También se hace hincapié en las medidas informativas, tanto a clientes como a empleados.

Gibert resalta que el objetivo es poder permitir a los clientes que tengan una estancia segura.

Preguntada sobre la evolución de esta temporada, afirmó: «La temporada está perdida por la COVID-19 y afecta por igual a las 27.000 viviendas de uso turístico en Balears. La previsión de ocupación ha quedado totalmente distorsionada por el coronavirus y las cancelaciones de reservas en los mercados escandinavo, alemán y británico. Con las cuarentenas no hay previsiones».

Habtur tenía previsto una ocupación del 65 % para julio y del 75 % para agosto.