Felipe VI con la presidenta del Govern, Francina Armengol. | M. À. Cañellas

La presidenta del Govern, Francina Armengol, explicó ayer al rey Felipe VI la «altamente complicada» situación social y económica que atraviesa Balears a raíz de la pandemia y le trasladó la necesidad del Archipiélago de recibir ayuda «desde todos los ámbitos posibles».

La presidenta fue recibida en audiencia en el Palacio de la Almudaina junto al presidente del Parlament, Vicenç Thomàs; el alcalde de Palma, Jose Hila –en su caso, la entrevista tuvo lugar por videoconferencia, dado que está aislado–; y la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera.

Ninguna autoridad hizo comentario alguno acerca del parecer del Monarca ante los estragos de la crisis en la comunidad, pero sí que estaba «comprometido con las Islas».

Armengol aseguró que Felipe VI ya conocía de antemano la situación de Balears porque hace un mes visitó Mallorca y porque «su arraigo en esta comunidad autómoma es bien conocido desde hace muchísimos años». Sin embargo, le expuso que es la región del Estado «que peor lo pasará» por su dependencia económica del turismo, uno de los sectores más perjudicados.

En esta línea, y como ya había hecho con otras autoridades que recientemente han visitado las Islas, la presidenta recordó que Balears ha sido históricamente solidaria con otras regiones y defendió que la crisis actual hace que ahora requiera «la máxima solidaridad» de los otros territorios y del Gobierno de España. La presidenta le explicó también la necesidad de poder disponer de más fondos (de los 140.000 millones de euros que corresponden al Estado) de la Unión Europea y defendió «una participación mucho más activa» del Archipiélago en el reparto de estos recursos.

Armengol recordó que la pandemia ha provocado una caída del 30 por ciento de la economía y abogó por la «diversificación» de la actividad, pero también señaló que en estos momentos hay que proteger a las empresas y a los trabajadores a través de los ERTE, una fórmula que pretende que se flexibilice y que se prorrogue hasta fin de año.
Invierno «muy duro»

En relación a Canarias, la presidenta autonómica señaló que la crisis ha sido peor aquí porque allí no están en temporada alta, mientras que en Balears sí. También se refirió a la cuarentena impuesta por el Reino Unido a los viajeros procedentes de España. Dijo que es una medida «injusta» y que tendrá como consecuencia «un invierno muy duro».

La audiencia con el presidente del Parlament también se centró en los efectos sociales y económicos de la pandemia. En este sentido, Vicenç Thomàs destacó que Balears ha podido hacer frente con cierta holgura a la crisis sanitaria porque el número de contagios no ha sido tan elevado como en otras regiones. No obstante, subrayó que aquí las consecuencias han sido peores «en la estructura social y económica», una situación que es «más delicada que en otras comunidades».

Thomás alabó ante el monarca la colaboración entre las organismos públicos y los sindicatos y patronales para afrontar la recuperación. De este diálogo «han surgido –añadió– una serie de soluciones quitando mucha parte de discrepancia política para buscar lo que es necesario en estos momentos, que son soluciones a los problemas ciudadanos».

Los periodistas preguntaron a las autoridades si habían hablado sobre la situación de don Juan Carlos. Thomàs y Catalina Cladera aseguraron de forma explícita que no habían tratado el tema. En cambio, la presidenta del Govern no lo dejó tan claro. «Mi preocupación y mi obsesión son los ciudadanos de las Illes Balears –señaló Armengol–. De todo lo demás debe dar explicaciones la Casa del Rey».

De todos modos, señaló a continuación la presidenta, en caso de haber hablado del rey emérito no revelaría la conversación.

A parte de la videoconferencia con el alcalde de Palma, las medidas de distanciamiento se escenificaron en las audiencias: tanto don Felipe VI como las autoridades baleares acudieron con mascarilla. Además, evitaron darse la mano o besarse.