Javier Arranz.

«Ya hay transmisión comunitaria clara; está dentro de nuestra comunidad, no viene de fuera». El portavoz del comité autonómico de la COVID-19, Javier Arranz, reconoció ayer que Balears ha entrada en la segunda ola de la epidemia. La transmisión comunitaria implica que la administración sanitaria no puede controlar todos los nuevos contagios, muchos de los cuales ya no están asociados a brotes concretos a los que sí se les puede seguir el rastro.

El virus circula libremente por Balears y sigue contagiando a la gente. Durante este fin de semana se han detectado 352 nuevos casos, un ligero descenso con respecto a la media de contagios de la semana pasada. En las Islas hay 1.567 personas enfermas, 174 menos que el pasado viernes, y hay 252 ingresados en los hospitales de las Islas, de los que 33 están en la UCI.

Culpa de los asintomáticos

Los pacientes asintomáticos, aquellos que desconocen que están infectados, son los responsables de la transmisión de la enfermedad, según Arranz. «Los casos seguirán aumentando en los próximos días y probablemente veremos decisiones más adelante en función de cómo nos portemos todos», añadió

El Govern estudia la posibilidad de implantar nuevas restricciones, pero primero prefiere esperar a ver el resultado de las decretadas hace una semana: se prohibió fumar en espacios públicos si no se podía respetar la distancia, se prohibieron las ‘party boats’ y las fiestas privadas en piscinas y se recomendó que en las reuniones so- ciales y familiares no se congreguen más de diez personas. «Es una obligación moral», dijo Arranz con respecto a esta última limitación.

No está claro qué medidas restrictivas se tomarán, a la espera de ver cómo evolucionan los contagios, aunque se está a la espera de que puedan comenzar los cribados masivos en las zonas más castigadas por la enfermedad, como Son Gotleu, que requieren una importante logística. «Este virus espera 14 días para manifestarse y ese es el tiempo establecido para valorar si las restricciones son las adecuadas y han funcionado», señaló.

«Tomamos acciones para intentar evitar la situación que nos llevó al estado de alarma», añadió Arranz. No obstante, precisó que la situación que se está produciendo en estos momentos presenta algunas diferencias con respecto a la que se vivió durante la primera ola de la epidemia. Ahora no hay tantos muertos como entonces ni tantos pacientes graves.

Arranz sí reconoció que está habiendo un repunte de ingresos, algunos de ellos en la UCI, con edades de entre 20 y 50 años. «Una parte de estas personas morirá», concluyó.

Autocrítica

«Debemos mejorar la actuación de todos», contestó Arranz cuando se le preguntó si, además de responsabilizar a la población de los contagios, el Govern hacía autocrítica por alguna de sus decisiones. «Sabemos que para que la transmisión comunitaria se mantenga, hay gente que no lo ha hecho bien. El Govern puede hacer lo que quiera, más pruebas o más cribados, pero la transmisión continuará si los ciudadanos no damos ese paso adelante de responsabilizarnos», dijo.

Con respecto a la vuelta al cole, aseguró que es una cuestión que se analizará esta semana, pero admitió que no habrá una decisión «de riesgo cero». «El riesgo existirá y habrá que intentar hacer las cosas de la mejor manera posible, añadió.

Arranz no quiso polemizar con el colectivo negacionista, que duda de la existencia del virus, pero confió en que este mensaje «de pseudo ciencia que no tiene base» no se extienda entre la población.