Carmen Planas, presidenta de CAEB. | Archivo UH

Los datos de coyuntura económica del segundo trimestre confirman una situación técnica de recesión en Baleares, con una contracción «histórica y sin precedentes que alcanza el 35,6% del PIB de Baleares y que amplifica la del trimestre anterior», según un informe elaborado por la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB).

Según el análisis de la patronal, «el 'shock' de oferta provocado por la pandemia de la COVID-19 a finales de marzo» debido a las restricciones, junto al impacto en la demanda «prácticamente de inmediato», ha provocado «un 'shock' económico fortísimo sobre la economía balear, con un impacto devastador que ha derivado en una recesión sin precedentes».

Por islas, CAEB resalta que Ibiza y Formentera encajan peor que Menorca el envite de la COVID-19, si bien todas las islas han sufrido la parálisis productiva. Pitiusas ha destruido ocupación a un ritmo superior (-22%) a Menorca (-14,5%), especialmente en las ramas ligadas al sector turístico. Por el contrario, el secundario menorquín ha resultado más afectado que el pitiuso.

Esta situación, avisan desde CAEB, «compromete la viabilidad de muchas empresas y anticipa un aumento de quiebras empresariales, especialmente en aquellos sectores relacionados con transporte, comercio, intermediación turística, alojamiento, restauración y ocio, cultura y entretenimiento».

El informe reconoce que «ninguna economía del planeta ha conseguido escapar de la recesión» pero la balear «ha resultado especialmente dañada» debido a la «severidad» de las restricciones y la especialización turística.

«Las restricciones más o menos generalizadas que han imperado entre abril y prácticamente todo el mes de junio, han derivado, junto a la incertidumbre imperante, en retrocesos históricos de todos los componentes de la oferta, sin excepción», subraya el informe de la Confederación empresarial.

El informe pone el foco en que la cadena turística de valor «se ha visto truncada por completo, no solo por el efecto derivado del cierre de fronteras, sino por su elevada fragmentación global, un hecho que explica que la sola parálisis de un eslabón haya provocado el parón de toda la producción regional y dificultado un rebote rápido de la actividad». En este punto, destaca que la demanda eléctrica del segundo trimestre arroja un retroceso interanual del 31%, por encima del de las últimas semanas de marzo.

El informe destaca la fuerte afectación de la oferta en el sector servicios, reflejada en el índice de la cifra de negocios del sector (-55,5%), el tránsito aéreo de pasajeros (-98,1%), y la destrucción de empleo (-14,6%). La industria también ahonda en el terreno negativo por el bloqueo del comercio internacional pero «la construcción tampoco esquiva la recesión», a pesar de retroceder en menor medida que la de los demás sectores.

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Incremento del paro

CAEB avisa asimismo de que los efectos positivos de los ERTEs «recaen, principalmente, en trabajadores con contratos indefinidos» y que «se diluyen a medida que el shock económico se alarga en el tiempo».

La patronal se muestra poco optimista respecto al futuro, augurando que este shock económico «será más persistente de lo esperado», debido a la incertidumbre y el «temor a una propagación descontrolada, que obligue a volver a restringir la actividad», sumado a la erosión de las cuentas públicas.

En este contexto, CAEB prevé que la tasa de desempleo se eleve de forma significativa por encima del 20 por ciento debido a la destrucción de parte del tejido productivo en Baleares.

En este contexto, la presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha reclamado «rigor sanitario, porque controlar la pandemia es completamente prioritario». «Pero también necesitamos poner en marcha, de forma urgente, planes sectoriales que sean eficaces para reactivar la economía de las Islas y que actúen como revulsivo para impulsar esta demanda», ha añadido.

Planas ha demandado «que el Gobierno de España corresponda a la siempre generosa Baleares a la hora de asignar la distribución de fondos de los 140.000 millones de Europa, y que todas las administraciones sean responsables y copartícipes de la situación renunciando a subir impuestos y entendiendo que la actual presión fiscal nos está ahogando a todos, sobre todos a las pymes y a los autónomos».

«Demostraríamos que tenemos la inteligencia que la situación actual exige si, paralelamente, fuéramos capaces de aprovechar el tiempo para poner en marcha planes formativos que especialicen a nuestros trabajadores para que cuando los motores vuelvan a estar en marcha estemos preparados para despegar», ha añadido.

En esta situación, ha llamado a trabajar todos «en la misma dirección y con los mismos objetivos tanto el sector público como el sector privado».