Francina Armengol, durante la reunión que ha mantenido con Patricia Gómez y Margalida Frontera. | CAIB

La noche del 7 de octubre a las 02.10 horas, dos agentes de la Policía Local de Palma acudían al bar Hat, ubicado en el centro de la capital, tras recibir numerosas quejas de los vecinos por ruidos y por estar abiertos a esa hora. En el bar había nueve personas, según consta en el acta de la denuncia a la que ha tenido acceso Última Hora Mallorca.

En esta denuncia, el dueño del local hizo constar, y así aparece escrito en la denuncia, «su desacuerdo con la denuncia manifestando que no cerró antes porque dentro del local había una autoridad (la presidenta del Gobierno balear)».

Cabe recordar que la normativa vigente del Govern para la contención del coronavirus mantiene cerrado todo el ocio nocturno en Baleares y los bares y restaurantes deben cerrar antes de la una de la mañana en Palma. Según ha podido saber este periódico, el acta de sanción del ‘caso Armengol’ se ha extraviado. No aparece. Ante esta extraña circunstancia, la Policía Local no puede sancionar al propietario del Hat Bar.

Ante esta situación, los dos policías que acudieron a local alertados por los vecinos, deberán ratificar su versión de los hechos, un trámite imprescindible para poder multar al dueño del bar.

Orden interna

Horas después del incidente, el jefe de la Policía Local de Palma, José Luis Carque, emitió una orden interna, que colgó en la intranet de la Policía Local, en la que amenazaba con sancionar a aquellos agentes que filtraran la información sobre la salida nocturna de Armengol. Carque señalaba en la circular interna que «los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán ajustarse a en su actuación profesional a los principios de jerarquía y subordinación». «Las relaciones con los medios de comunicación no pueden ejercerse individualmente por cada miembro de la Policía Local de Palma sino que se deben canalizar a través del departamento creado al efecto en nuestra organización, el DERE».

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El documento finaliza señalando que «la omisión de la obligación de dar cuenta a la superioridad de todo asunto que requiera su conocimiento están calificadas como faltas graves o muy graves en la normativa reguladora del régimen disciplinario policial vigente».

La salida nocturna de Armengol fuera del horario límite para contener la expansión del coronavirus ha desatado una auténtica tormenta mediática. El Govern no tuvo más remedio que reaccionar ayer por la mañana ante la avalancha de peticiones de explicaciones por parte de los medios de comunicación y partidos políticos de la oposición.

El departamento de Presidencia del Govern emitió ayer un comunicado oficial en el que explican que el pasado martes 6 de octubre, la presidenta Armengol hizo una «cena de trabajo» para «analizar cuestiones relativas a la acción del Govern. La reunión se produjo en la terraza del restaurante Cor, ubicado en la plaza Comte Roselló de Palma, a 450 metros de la residencia privada de la presidenta». A esta cena asistieron el conseller Iago Negueruela, el conseller Marc Pons, la consellera Pilar Costa, el director de gabinete de la presidenta, Joaquim Torres, y el director general de Comunicación, Álvaro Gil.

«Una vez acabada la cena abandonaron la terraza para dirigirse a sus residencias. De camino hacia éstas, la presidenta, el conseller Marc Pons y Álvaro Gil siguieron la conversación», prosigue el comunicado. «A unos metros del domicilio de la presidenta, encontraron un establecimiento abierto, concretamente el Hat Bar, y entraron. Un momento después, sobre la una de la madrugada, la presidenta y sus acompañantes abandonaron el bar», explica la versión oficial del Govern.

En el momento de salir, el director general de Comunicación, Álvaro Gil, «sufrió un desmayo producido por la medicación que recibía desde esa misma semana por ansiedad laboral, un episodio que se repitió en otra ocasión en días posteriores». Este desmayo provocó que los tres siguieran en la calle «a la espera de que se recuperara. Al cabo de un tiempo, la Policía Local de Palma llegó a la calle, por lo que se les explicó a los agentes la situación. Por tanto, si se produjo una actuación de los agentes de la Policía Local de Palma en el establecimiento ésta se produjo cuando la presidenta y sus acompañantes ya no estaban en el local». El comunicado concluye lamentando los hechos y tachó la utilización de los mismos «con fines partidistas».

El dueño del bar

El dueño del bar sancionado y lugar donde se produjeron los hechos relató ayer que Armengol llegó «sobre las 23.30 horas» de la mencionada noche. «Eran seis personas, se tomaron un gintonic cada uno y salieron a la 01.15 horas, cuando uno de ellos se desmayó», relata Alexander Rodríguez en declaraciones a la prensa. Según explica Rodríguez, cuando llegó la Policía Local de Palma, Armengol y su equipo estaban en la calle. «Los agentes llamaron a la puerta y cometí el error de salir porque me preguntaron por qué estaba abierto. Yo les dije que no lo había cerrado porque era una situación anómala; era la presidenta del Govern y estaba allí por si necesitaban algo», afirma. El límite en Palma para que cierren los bares es a las 01.00 horas, pero Armengo y su equipo salieron 15 minutos después. «A esa hora la verja ya estaba cerrada; sólo quedaba la puerta cerrada con candado para evacuar clientes, pero nadie entra» y añade que su error «es que estuve pendiente de ellos. Y lo hice no solo porque estaba ella [Armengol] sino porque es mi vecina y suele venir». Además, explica que cuando acudieron los agentes de la Policía Local de Palma, reconocieron a la presidenta aunque en ningún momento la identificaron. «No pienso que ella estuviera cometiendo una irregularidad porque la Policía no la identificó, se fueron tranquilos».

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