Hasta que acabe la pandemia. La presidenta del Govern prevé que esta medida se mantenga hasta que se dé por finalizada la pandemia y, en todo caso, cree que la PCR no será necesaria para aquellos que se vayan vacunando, a partir del año que viene. | MARCELO SASTRE

Tras llevar meses sobre la mesa de las negociaciones bilaterales e interterritoriales de las comunidades con el Gobierno de España, el Ministerio de Sanidad decidió ayer que a partir del 23 de noviembre se exigirá, en todos los puertos y aeropuertos del territorio nacional, que los viajeros procedentes de países de riesgo presenten una PCR negativa hecha durante las 72 horas previas a su llegada a España.

Balears celebra el ver cómo una de sus reiteradas peticiones a Madrid se ha atendido aunque sigue quedando pendiente el control de pasajeros nacionales que, si bien antes de la pandemia no llegaban al 20 %, ahora son mayoritarios.

La medida aprobada se suma a los controles sanitarios que ya se llevan a cabo, únicamente a los pasajeros internacionales, que consisten en un control de temperatura, otro visual y cumplimentar un formulario. Los controles los llevará a cabo Sanidad Exterior, es decir, los hará directamente el Ministerio. En caso de no presentar la acreditación de una PCR negativa, se contemplan sanciones. El documento deberá ser el original, redactado en español o inglés y podrá llevarse en formato papel o electrónico.

A día de hoy, todos los países de la Unión Europea excepto Noruega, Finlandia y Grecia superan el índice considerado de riesgo, es decir, una tasa de incidencia superior a los 150 casos por 100.000 habitantes.

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«Hay que homogeneizar cómo llega la gente a nuestra comunidad, siempre hemos pedido lo mismo», decía ayer la presidenta del Govern, Francina Armengol, que valoró muy positivamente la decisión de Madrid porque «es un gran avance para la ciudadanía y para nosotros, que tenemos mucha movilidad internacional», añadió.

Sin embargo sigue pendiente el escollo de los viajeros nacionales. Los expertos señalaron en su día que la segunda ola en Balears se inició, en gran parte, por la llegada incontrolada de pasajeros procedentes de Catalunya y Aragón este verano, zonas en las que se habían producido importantes rebrotes y que tenían una elevada incidencia de contagios. Por otra parte, Salut detectó casos positivos entre pasajeros procedentes de Madrid en el pasado puente del Pilar cuando viajaron a las Islas a pesar de que su comunidad estaba confinada.
Sin que el Ministerio consienta en controlar también la entrada de viajeros nacionales y con la amenaza del puente de la Constitución a la vuelta de la esquina, el Govern tiene la posibilidad de cerrar los puertos y aeropuertos, una medida que recoge el decreto de estado de alarma. «Tomaremos esta decisión cuando los asesores sanitarios lo valoren», dijo la presidenta Armengol que alegó que la incidencia de la pandemia de Balears (con 222 casos por 100.000 habitantes a 14 días), ahora mismo no lo requiere.

De momento, desde el sector hotelero indicaron que lo aprobado era «bien recibido y muy necesario», e insistieron en que una evolución positiva de los indicadores de la pandemia «generará confianza, asegurará el turismo y la reactivación económica».

Vacuna
Otra de las noticias que se avanzaron en el Consejo Interterritorial de Salut de las que se hizo eco la presidenta fue la llegada inminente de la vacuna del laboratorio Pzifer. «Podrá distribuirse en la primera mitad de 2021», aseguró.

En este sentido explicó que el Ministerio prevé cerrar el contrato de la Unión Europea para vacunar a unos 10 millones de españoles de forma que «en marzo habrá un porcentaje relevante de la población inmunizada».