Vacunación contra el coronavirus en Menorca.

Baleares ha recibido esta semana el envío habitual de Pfizer de 5.850 dosis de su vacuna contra el coronavirus pero no fue así la semana pasada en que apenas llegaron 3.900 y tampoco se cumplirá la semana que viene, ya que se recibirán menos de lo habitual. Ante esta irregularidad en el suministro, Salut ha decidido ralentizar la administración de las primeras dosis.

«No sabemos la previsión de lo que llegará y para nosotros es muy difícil porque tenemos una planificación. Nuestro trabajo es organizar las vacunas que tenemos. Si recibimos menos completaremos los grupos de población más tarde de lo previsto», admitía ayer la directora asistencial del IB-Salut, Eugenia Carandell, quien también lanzaba un mensaje de tranquilidad, «aunque hay margen estaremos atentos a que lleguen», dijo.

Lo prioritario para el Servei de Salut es suministrar las segundas dosis a las personas que ya han empezado el proceso, sobre todo en las residencias donde están los más vulnerables. Si bien este viernes se prevé terminar con el recordatorio en los centros sociosanitarios, esta semana apenas recibirán la primera vacuna los profesionales del grupo Juaneda que, «por un problema que hubo con unos listados» quedan por inmunizar, y algunos sanitarios en segunda línea.

De hecho, desde el sábado se ha estancado la vacunación de profesionales sanitarios en 11.816 personas que a partir del próximo miércoles deberían empezar a recibir la segunda dosis.

Hasta el martes por la noche Salut había puesto 23.210 vacunas de les 28.440 recibidas (un 81 %) y en 2.986 casos ya se han puesto las dos dosis (1.636 entre usuarios de residencias y 1.350 en trabajadores).

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El problema se agrava con la vacuna de Moderna que, tras un primer envío de 600 dosis de las que se administraron la mitad para asegurar la segunda vacuna, no han vuelto a llegar más. Esta semana tenían que recibir otras 900 dosis pero se retrasan a la que viene.

AstraZeneca, tercera farmacéutica que preveía aprobar su antídoto, tiene problemas para llevarlo al mercado.

Todos estos contratiempos han hecho que Salut vuelva a reservar dosis, como en el inicio de la campaña, apelando a la prudencia para garantizar que se completa el ciclo de aquellos que lo iniciaron. «Esperaremos a que llegue un flujo continuo de vacunas sin incidencias. Dejaremos de reservar cuando recibamos lo mismo cada semana pero como no es así y no estamos seguros, vamos con cuidado», añade Carandell. «Ahora con las primeras dosis iremos avanzando muy despacio según podamos ir sacándolas del cómputo total, y si llega un momento en que no tenemos, tendremos que pararnos», reconocía.

El problema con el reparto de vacunas es a nivel europeo y afecta a todos los países de la Unión. «¡Qué más querríamos que tenerlas y hacer una macrovacunación! Pero no podemos ni nosotros, ni nadie».

La directora asistencial del IB-Salut suscribía este miércoles las palabras de la presidenta Armengol que el martes dijo en el Parlament que Balears tiene capacidad para vacunar a toda la población en tres meses. De hecho ahora mismo las comunidades trabajan con el Ministerio para que, cuando haya disponibilidad de vacunas, se amplíe el siguiente grupo a inmunizar. «Podríamos llamar a la vez al resto de sanitarios y estratificarlos y a los mayores de 80 que son dependientes y los que no lo son», explicó Eugenia Carandell. «Nuestros equipos de Atención Primaria que tienen por costumbre ir a domicilios, lo podrían hacer con una relativa tranquilidad».

Así, el operativo está preparado para iniciar una vacunación masiva que cada día se aleja más en el calendario pues con este suministro «es difícil prever nada, vamos haciendo cada semana», concluye.