Varios turistas portan sus maletas por el paseo de Vara de Rey, en Vila. | DANIEL ESPINOSA - Archivo

Son muchos los sectores que están pendientes de la Semana Santa pero quizás, por encima de todos ellos, lo está el de la salud pública. Es por eso que varias comunidades autónomas ya han pedido el cierre perimetral en el Consejo Interterritorial de Sanidad para evitar la movilidad de la población en las próximas fechas festivas. «Es cierto que la situación no es la misma que en Navidad, vamos mejorando, pero las UCI siguen teniendo una cifra elevada», justificó la consellera Patricia Gómez.

Y es que sin tener que cerrar los aeropuertos, Baleares se ha beneficiado siempre de los cierres perimetrales de otras comunidades con una mayor incidencia que la del Archipiélago como una fórmula que evita la transmisión de contagios.

Lo que está claro ahora es que habrá que sacrificar la Semana Santa para poder salvar la temporada de verano. La estrategia de Baleares pasa por mantener las máximas restricciones a medida que se avanza con la vacuna, sin embargo, apenas el 3 % de la población ha recibido la primera dosis.

Eso explica que, aún siendo la segunda mejor aunotomía en cifras de incidencia acumulada de casos, el Govern sea reticente a levantar restricciones como lo hacen otras comunidades con más contagios. «Hay realidades muy diferentes en el país pero para nosotros es importante que no haya un repunte de contagios para poder ser un destino turístico seguro», aclaró Gómez.

Noticias relacionadas

La consellera es partidaria de dar cada paso con prudencia y firmeza «porque puede haber un repunte, ha sucedido siempre, y no podemos repetir el mismo proceso si queremos un resultado diferente», dijo.

Y es que ante una nueva ola a Salud no le temblará la mano: “Nos obligará a tomar medidas muy contundentes». Y eso es lo que se quiere evitar, «tener que poner medidas restrictivas una y otra vez». Sin embargo, salvar la temporada turística deja en jaque a otros sectores, como la restauración.

La consellera Patricia Gómez reconocía que los datos ahora son favorables, «Baleaes está con una incidencia acumulada a 7 días de 47 casos, por debajo de lo recomienda la Unión Europea para la movilidad, pero todos los expertos a nivel mundial recomiendan las desesacaladas muy lentas», defendió.

Uno de las incógnitas que más preocupan es la cepa británica del SARS-CoV-2 «por si ocupa el nicho de las otras variantes y es predominante y por lo tanto más contagiosa», y se verá una vez se empieza a desescalar, «de eso dependerá cómo enfoquemos la Semana Santa», auguró la consellera.