Una enfermera prepara la vacuna Pfizer-BioNtech contra el COVID-19 antes de administrársela a un profesional sanitario en el Hospital Son Espases.

El 90% de las enfermeras de Baleares presenta síntomas de estrés postraumático asociado a la pandemia, según un estudio impulsado por el sindicato de enfermería Satse, que también apunta que el 50% sufre ansiedad y el 20%, depresión.

Según el estudio, la ansiedad en el colectivo enfermero se ha doblado en los últimos siete meses, el estrés postraumático ha pasado del 57 al 82% y la depresión ha aumentado en 15 puntos.

El estudio de Satse-Cidefib también apunta a que a partir de los cinco meses trabajando con pacientes COVID el riesgo de sufrir estrés postraumático aumenta significativamente, con mayor frecuencia en las áreas de hospitalización y de UCI.

La ansiedad está afectando a todas las enfermeras, aunque está impactando de especial forma a las franjas entre los 10 y los 30 años de experiencia. Preocupa la aparición de síntomas claros de ansiedad en aquellas enfermeras que llevan más de dos meses trabajando en unidades COVID.

Las áreas con las medias más elevadas se dan en profesionales de residencias y atención primaria.

AGOTAMIENTO EMOCIONAL

Además, el estudio revela que casi el 70% de las enfermeras presenta agotamiento emocional. El impacto emocional varía dependiendo de la unidad, los años de experiencia profesional y el centro sanitario. El agotamiento aparece a partir de los dos meses de trabajo en unidades con pacientes COVID-19 y va aumentando con el transcurso del tiempo.

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Las profesionales de atención especializada, atención primaria y clínicas privadas son las que más lo padecen y sobre todo en aquellas que hacen turnos rotatorios.

El estudio estima que para situar estos valores por debajo del 'burnout' -trastorno vinculado al ámbito laboral- "no se debería permanecer en atención directa más de 3-4 meses seguidos".

Aun así, "hay más riesgo de sufrir estrés postraumático desde el momento que la enfermera se enfrenta a la pandemia o la muerte de un paciente COVID".

EL 56% HA TENIDO QUE AUMENTAR SUS HORAS DE TRABAJO

El estudio también concluye que el 56% de las enfermeras ha tenido que aumentar sus horas de trabajo durante la pandemia por falta de personal o por bajas COVID.

El 72,9% de las enfermeras manifiesta haber tenido escasez de equipos de protección individual al inicio de la pandemia, y el 78,4% dice estar sobresaturadas de información sobre la COVID. Asimismo, el 58% considera que las medidas de restricción han llegado tarde.

Preguntadas también por el apoyo psicológico, solo el 6% de las enfermeras lo está recibiendo, aunque el 23% cree que lo necesitan y el 37% que lo harán en un futuro.

Por todo ello, Satse ha pedido al Govern un plan oficial de apoyo psicológico al personal sanitario, así como un aumento y estabilización de plantillas para evitar excesos de jornada y proporcionar tranquilidad. También reivindican que los incentivos COVID-19 incluyan un periodo adicional de descanso de entre 15 días y un mes, según el tiempo trabajado.