Solo los que rechacen Pfizer deberán firmar un consentimiento informado. | M. À. Cañellas

La decisión de que los profesionales esenciales menores de 60 años elijan con qué completar su pauta de vacunación tras recibir la primera dosis de AstraZeneca se tomó ante el temor de que optaran por quedarse con una. Así lo explicó este viernes la consellera de Salut, Patricia Gómez, que defendió que en Balears este colectivo pueda escoger entre repetir el suero de la farmacéutica de Oxford o ponerse Pfizer.

Tras la llamada al orden del Ministerio de Sanidad a las comunidades para que no recomienden o animen a ponerse las dos opciones por igual, Gómez defiende que en Balears se ha facilitado la información sobre las dos vacunas y sólo aquellos que rechacen Pfizer tendrán que firmar el consentimiento informado de AstraZeneca.

Esta decisión contraría al doctor Edelmiro Vergés, miembro del comité de vacunas de Balears, que explica que el consentimiento informado se debe hacer precisamente cuando se pauta algo diferente a lo que diga una ficha técnica. En este caso debería pedirse pero no a los que elijan AstraZeneca de segunda dosis, sino a los que soliciten Pfizer. «Los políticos usurpan las decisiones técnicas y deciden ellos que el riesgo no es asumible», critica.

Cuando empezaron a notificarse alrededor del mundo algunos casos graves de trombos en personas jóvenes vacunadas con AstraZeneca, «la prensa se puso detrás y lo magnificó. Se creó una alarma social espectacular», opina. «Si no llega a salir en los medios, las decisiones las hubiera tomado la Agencia Europea del Medicamento sin que nadie se hubiera enterado de que hay un efecto adverso por cada millón de habitantes porque ningún fármaco tiene esta proporción tan baja de efectos secundarios graves».

Edelmiro Vergés describe que la crisis de AstraZeneca es la «del político salvándose el culo por la presión de la prensa». Alega que todas las vacunas aprobadas son seguras pero «para justificar toda la película se inventan un estudio sobre 600 pacientes para decirme que la respuesta serológica es buena». Vergés asevera que eso no se pone en duda, «lo que no garantiza el estudio es si la combinación de dos vacunas causa trombos porque para esto se necesitan probarlo con millones de personas».

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El cambio de criterio en la campaña con AstraZeneca se debe a unos efectos secundarios muy raros y poco frecuentes y ante esto, «quien tiene que decidir si sigue o no en el mercado son las agencias reguladoras pero nos las pasamos por el forro», asevera. En el fondo, según este experto en vacunación, todo viene porque «se han sacado efectos secundarios muy raros en primera página del periódico y esto es antimedicina».

Trombosis

Pero precisamente estas declaraciones se hicieron el mismo día en la directora general de Salut Pública, Maria Antònia Font, informaba de que el servicio de vigilancia farmacológica de Balears ha notificado al Ministerio dos casos de trombosis tras haber recibido la vacuna contra la COVID-19. Aún así especificó que no se trata de trombosis trombocitopénica, la más grave de las relacionadas con los sueros para atajar la pandemia.

Y es que el Ministerio de Sanidad ha sacado a colación esta semana 20 casos de trombos en España relacionados con la vacunación para reafirmase en la decisión de que la pauta de los vacunados con AstraZeneca debe completarse con Pfizer. «Nosotros lo que decimos es que las vacunas son seguras», salió del paso la consellera Gómez.

En Balears hay cerca de 38.000 personas que deben ahora tomar esta decisión. La mayoría forman parte de colectivos profesionales esenciales: cuerpos y fuerzas de seguridad, docentes y sanitarios.

Bajan los ingresos y Can Misses y Manacor están libres de COVID-19

Según la última notificación oficial, en Balears hay 34 personas ingresadas en un centro hospitalario a causa de la COVID-19, tras dar siete altas en un mismo día. De éstas, doce siguen en estado grave en una UCI. Sin embargo, las buenas noticias llegan del hospital de Manacor o el de Can Misses, que ya se han declarado libres de pacientes con coronavirus. La pandemia sigue estable en Balears con una incidencia de 37,15 casos por 100.000 habitantes a 14 días sin embargo sólo se mantiene con una tendencia a la baja en la isla de Mallorca.