Los doctores Pilar Rodríguez Ledo y Lorenzo Armenteros, vicepresidenta y portavoz de la SEMG, respectivamente. | SEMG

La estadística dice que cerca de 6.100 personas en Balears padece COVID-19 persistente, es decir, desde que se contagiaron su vida ha cambiado notablemente porque siguen presentando síntomas de esta enfermedad que no han llegado a desaparecer. Es una cifra estimada, pues los expertos señalan que al menos un 10 % de los que han sufrido coronavirus padecen este tipo de secuelas, o lo que es lo mismo, han cronificado la enfermedad.

«Probablemente el porcentaje sea más alto, estimamos que hay unas 500.000 personas en España», señaló la los doctora Pilar Rodríguez vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMG) que presentó, junto al portavoz Lorenzo Arementeros, los resultados preliminares de la Encuesta sobre los efectos de la vacunación en afectados por COVID de larga duración con motivo del XXVII Congreso Nacional.

Un total de 273 personas participaron en este estudio en el que la edad media era de 47 años, algo superior de los 43 en el conjunto de afectados por esta patología. Todos ellos llevan más de medio año con síntomas que, del uno al diez, calificaban con un 6,93 de intensidad.

Noticias relacionadas

La COVID persistente produce abstemia, malestar general, cefaleas o falta de concentración y de memoria como síntomas más prevalentes y son, en muchas ocasiones, tan invalidantes que no permiten llevar una vida normal, o trabajar siquiera.

Para este grupo de población, un colectivo que «se siente abandonado por las autoridades sanitarias», el consejo general es que se vacunen. Sin embargo, la encuesta arroja que si bien en el 26,4 % de los casos mejoraron, el 18,3 % empeoró en los síntomas.

«El reto es identificar quién tiene un mayo riesgo de empeorar», aseguró el doctor Arementeros. Las principales variables son «que el enfermo haya debutado con muchos síntomas, que los tuviera en los días previos a la vacunación o que vayan apareciendo nuevos», advierten ls expertos. Es decir, si la COVID es fluctuante, «tienen más tendencia a mejorar».

Pero ¿por qué se dan estos casos? Una explicación sería que «el virus puede estar acantonado o protegido dentro del organismo, por ejemplo en el aparato digestivo, como se ha visto». El principal consejo para estos pacientes complejos es que acudan a un médico generalista que les revise de forma holística porque «cuando el dolor es crónico hay que abordar los síntomas», señalaron.