Los mayores de 70 años son las personas que ahora se contagian menos frente a la alta incidencia entre los jóvenes de 16 a 29. Se teme en especial por la franja de 60 a 69 que espera la segunda vacuna.

Vacunas, circuitos respiratorios, rastreo y seguimiento de casos, pruebas PCR… Todo esto, además del trabajo habitual de ver a los pacientes, ahora ya con un alto índice de presencialidad. En los centros de salud de las Islas no se respira la tranquilidad desde hace dos semanas. El incremento de los contagios de COVID, sobre todo entre los más jóvenes, amenazan con desbordar unos ambulatorios que de por sí suelen ir al límite, en una época en que parte de la plantilla está de vacaciones.

Conscientes de que este repunte o nueva ola de transmisión que azota ya las Islas puede que no sobrecargue a los hospitales pero sí a la Atención Primaria, el IB-Salut vuelve a reforzar la central COVID de Can Valero.

Se prevé que esta semana funcione de nuevo al cien por cien y pueda aligerar en cierta manera a unos ambulatorios que ya han notado el paso de 20 a 200 positivos diarios en Mallorca que se ha producido en apenas diez días.

La incidencia acumulada ayer en las Islas ya alcanzaba los 184,4 casos por 100.000 habitantes a 14 días. Unas cifras que los profesionales de Primaria ven con temor.

«Ahora mismo la transmisión se ha salido de los brotes y es comunitaria, está descontrolada, y no hay mascarilla, no hay limitación de aforos, no hay herramientas normativas para contener el virus... Solo la buena voluntad…», advierte, desde Menorca, la presidenta de la Sociedad Balear de Medicina Familiar y Comunitaria, Elena Muñoz.

«Muchos de los casos son en jóvenes que están en casa, pero hay que ir siguiéndolos y ante la duda, visitarlos... Y esto amenaza la Primaria», explica. En Menorca también hay dispositivos específicos para rastrear y hacer seguimientos «pero se habían quedado como un retén y estábamos como en un periodo de luna de miel», comenta la doctora. Sin embargo, también allí se está contratando a más personal de nuevo, «con el agravante de que algunos de los técnicos son positivos».

En el cómputo diario de Salut, este lunes ya había 21 profesionales sanitarios contagiados y otros 80 aislados como contactos estrechos. 10, y casi 30 más, respectivamente, que hace un mes.

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La doctora Muñoz asegura que en las UCI y en las plantas de los hospitales, de momento, «no hay miedo» pero advierte de que éstos son «la punta del iceberg de toda la atención sanitaria», y lo que está debajo es quien lleva el peso.

Según el presidente del Col·legi Oficial de Metges, José Manuel Valverde, este peso se refleja en un porcentaje: «más del 85 % de los contagios de las olas anteriores los hemos atendido en Primaria», recuerda. «Nos vamos a comer nosotros el problema».

Y no es sencillo. Los positivos entre los jóvenes se comportan en su mayoría de forma asintomática, en pocas ocasiones llegará a un hospital y más difícilmente a una UCI. Pese a que precisamente, un joven de 20 años de Formentera tuvo que ingresar en la de Can Misses, en Eivissa, al empeorar este fin de semana, lo normal es que el control se lleve desde casa y el seguimiento lo haga su centro de salud.

«Ya están llegando, ya tenemos protocolos nuevos porque no hay que olvidar que tienen capacidad infecciosa y pueden contagiar a mayores, incluso a vacunados», alerta el doctor Valverde. «Estos chicos contagian a sus padres y es un riesgo. Incluso a los que tienen la vacuna completa hay que hacerles pruebas y ver los contactos estrechos».

La oleada de infección dejó ayer 203 nuevos casos. La tasa de positividad de las Islas se incrementa al 7,91%, lejos del 3 % de la zona de confort en que la situación se daba por controlada.

«La Atención Primaria está al borde siempre, para que nos vamos a engañar, en el momento en que haya algo más que la tensione se desbordará», advierte el facultativo con consulta en Marratxí. «Hemos pasado de no ver prácticamente a pacientes COVID hace 15 días, a rearmar el circuito respiratorio».

La situación se descontrola en el peor momento, cuando las plantillas de los profesionales se cogen vacaciones y, como sucede cada año, no todos los que se van tienen sustituto.

Por contra, sigue la luz de la vacunación al final del túnel. La asesora del Govern para la desescalada, la doctora Margalida Frontera, lo comparaba ayer en Twitter con una carrera: «a un lado, los que ponen el brazo y las enfermeras que os vacunan; al otro el maldito virus y las actitudes irresponsables e insolidarias. Apúntate al equipo ganador», sugería.