Impacto de la pandemia. La irrupción de la COVID golpeó la economía balear de forma más dura que en el resto de España. Las entidades sociales se han visto desbordadas. En la imagen, personas en los Cáritas Ibiza para recoger comida, muchas de las cuales acudieron por primera vez el año pasado. | Toni Planells

La irrupción de la COVID-19 en marzo de 2020 afectó de pleno a la situación económica y social. Balears fue la comunidad donde más aumentó el paro y lideró la caída del producto interior bruto (PIB), un 23,7 %. Estas cifras impactaron de forma negativa en el conjunto de la sociedad en términos de renta y desigualdad. El porcentaje de población de las Islas en riesgo de pobreza o exclusión social (AROPE) se incrementó un 46,6 % en 2020 en comparación con el año anterior.

Más de 260.000 personas, esto es, un 22 % de la población balear, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social el año pasado. Se trata del porcentaje más elevado desde 2017 y representa hasta siete puntos porcentuales más que en 2019 (15,1 %) y un aumento de más de 80.000 personas, según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), con información de ingresos de 2019 y publicada ayer.

Hay que destacar, sin embargo, que estas cifras recogen solo el impacto parcial de la pandemia. La tasa AROPE se construye con tres variables: población en riesgo de pobreza; con baja intensidad en el empleo y con carencia material. El efecto de la crisis solo se puede observar en este último indicador, el de la carencia material, ya que los dos primeros –pobreza y empleo– se refieren a datos de 2019.

La Xarxa per la Inclusió Social de les Illes Balears (EAPN) mostró ayer su preocupación y destacó que Balears es la comunidad donde más crece la población en riesgo de pobreza o exclusión social. Mientras que la media española aumentó 1,1 puntos porcentuales, en las Islas lo hizo hasta siete veces más, al incrementarse en siete puntos. «La encuesta confirma una subida preocupante de la vulnerabilidad en los sectores más desfavorecidos de la población», indicó la entidad, además de aportar algunas cifras relevantes, como el total de personas en situación de pobreza.

Si se analiza la carencia material, que permite medir el impacto de la pandemia, revela un empeoramiento de todos los indicadores. El porcentaje de personas con carencia material severa (que no pueden permitirse cuatro de los nueve conceptos que se analizan) se más que duplicó en un solo año, al pasar de un 2,9 % en 2019 a un 6,9 % en 2020. Casi cuatro de cada diez hogares de las Islas acabó el año sin capacidad para afrontar gastos imprevistos. El porcentaje se situó en el 38,5 %, hasta 12 puntos más que un año antes (26,1 %).

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También se duplicaron los hogares en los que no se podían permitir una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, al pasar del 3,8 % al 8,7 %. Un 12,5 % de hogares tuvieron retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos energéticos y comunidad, entre otros) en el último año, porcentaje superior al 8,9 % de 2019.

Llegar a fin de mes
Otra cuestión que revela el INE es que un 9 % de la ciudadanía balear llegó a fin de mes con mucha dificultad el año pasado, frente al 6,2 % del ejercicio anterior. Si se suman las personas con mucha dificultad, con dificultad y con cierta dificultad, entorno a la mitad de la población tiene problemas para llegar a final de mes, una proporción similar a la de años precedentes.

Es sorprendente, en cualquier caso y en medio de esta coyuntura, que las personas con facilidad para llegar a fin de mes se incrementaron del 9,4 % de 2019 al 15,4 % de 2020.

Los indicadores no alcanzan los de la crisis de 2008

La Xarxa per a la Inclusió Social (EAPN) aseguró ayer que si bien la estrategia económica y social planteada para hacer frente a la crisis de la COVID-19 «es mejorable», «parece funcionar mejor que la respuesta ofrecida en la anterior crisis». Asegura que «pese a las dificultades que atraviesan muchas familias, ninguno de los indicadores de pobreza son peores que los alcanzados en la crisis de 2008». De todos modos, la entidad insiste en reivindicar que se activen las medidas incluidas en la Estrategia Nacional de Prevención y Lucha contra la Pobreza.