Melià y Gili en el    congreso de El Pi del pasado sábado.    | E. QUEIROLO

«Los afiliados del Pi no se merecen los momentos de tensión que hemos vivido, quiero pedirles disculpas por lo que han pasado y por lo sucedido en los últimos meses», ha explicado el portavoz del partido en el Parlament, Josep Melià. Una disculpa que comparte Tolo Gili, el recién elegido nuevo presidente de El Pi-Proposta per les Illes. «Los afiliados se han podido sentir maltratados, queremos hablar con todos y animarles a seguir trabajando por el futuro de El Pi y de Balears», remarca Gili.

La nueva dirección del partido está centrada en «coser el partido con paciencia y tacto», explica Josep Melià. Unos dirigentes que, según el portavoz parlamentario de los regionalitas, salen reforzados del último congreso. «La de Tolo Gili fue una victoria evidente y rotunda, en un congreso que se celebró con un reglamento y unas condiciones que impusieron los afines a la otra candidatura», defiende Melià.

Y es que, tal como reconoce el portavoz parlamentario, «ha existido una inflamación, un alto grado de excitación y El Pi ahora requiere calma y tranquilidad; es un proyecto colectivo que está por encima de pasiones, de filias o fobias, tenemos que enfocarnos hacia lo importante, que es la necesidad de defender un espacio centrista y regionalista».

Equipos abiertos

El nuevo presidente del partido, Tolo Gili, reconoce que «son días de muchas llamadas y horas de dedicación porque la próxima semana queremos reunir a las ejecutivas de Mallorca y de Balears para formar los nuevos grupos de trabajo». Sobre las personas que van a formar parte de estos grupos, Gili explica que «serán afiliados de todas las sensibilidades de El Pi, ahora hay que empezar a tantear a posibles candidatos, comprobar su disponibilidad y sus ganas». «Quien quiera trabajar encontrará su lugar en el partido siempre que tenga claro que ya no existen los bandos de Font, Melià o Amengual», remarca Gili. Y es que, según el nuevo presidente de El Pi en Malloca y Balears «lo que toca ahora es enterrar esas etiquetas, quién quiera seguir hablando de bandos sabe que está invitado a irse».