Imagen de archivo de personas esperando a recoger alimentos en Cáritas. | Archivo

Baleares es una de las comunidades donde más residuos se generan. Es un dato que preocupa a muchas organizaciones, que, cada vez más, intentan buscar una alternativa eficaz para proteger el medio ambiente.

La Fundación Rezero en las Islas trabaja con la entidad en Catalunya para implantar un servicio que haga de «puente alimentario» entre establecimientos –supermercados, restaurantes, comercios– y entidades sociales.

El objetivo no es otro que aprovechar la comida que sobra diariamente en los comercios y destinarla a colectivos vulnerables que lo necesiten. «Se estima que en Balears se desaprovechan entre 28 y 46 kg de comida por persona al año, lo que representa entre 43.000 y 69.800 toneladas respectivamente», señala la coordinadora de Rezero en las Islas, Roser Badia, según el Análisis del sistema de gestión de residuos municipales en Balears, publicado por la Conselleria de Medi Ambient i Territori en 2019.

En este contexto, se ha detectado que el despilfarro de alimentos en residencias, comercios y en la restauración supone entre un 16 y 27 por ciento de la fracción orgánica, y entre un siete y 11 por ciento de los residuos municipales totales generados. Hasta hoy, el desperdicio alimentario representa en las Islas un 5,7 % de la materia orgánica recogida selectivamente, que equivale a unas 1.496 toneladas.

Partiendo de que la materia orgánica es la principal fracción y que los residuos comerciales suponen el 38, 5% de la generación de los residuos en el ámbito municipal, la Fundación Rezero en Balears busca «materializar» aquí un proyecto que se inició hace seis años en Rezero Catalunya que ha conseguido aprovechar en todo este tiempo hasta 1.423 toneladas de comida.

La población de Mallorca, con una produccion de 504 kg de residuos por persona, generaba en 2019 el 73% del residuo municipal de Balears. Roser Badia considera que «este hecho está muy vinculado al turismo, sobre todo en época estival».

«El desperdicio se puede trabajar desde diferentes ámbitos, desde el doméstico hasta la restauración». La iniciativa prevé construir una especie de puente entre establecimientos y entidades que trabajen con colectivos vulnerables para «dar salida a un tipo de alimento que, por un lado, es demandado por las entidades y que son productos más frescos, como carne, pescado o alimentos cocinados», explica la coordinadora en Balears. La Fundació prevé poner en marcha el proyecto a comienzos del año que viene. Ahora continúan consolidando acuerdos con empresas que quieran colaborar. «Desde Rezero no conocemos ninguna otra iniciativa o empresa que trabaje de esta manera, integral, interconectando a los establecimientos con el tercer sector».