Una mujer recibe la dosis de la vacuna.   

Baleares ha dejado caducar un total de 2.886 unidades de vacunas, una cifra mínima si se compara con las administradas, más de 1,5 millones, pero que puede ir en aumento en breve porque acumula otras 300.000 dosis en stock y apenas inocula entre 400 y 500 dosis al día en las últimas semanas. La cifra no llega a las más de 100.000 vacunas caducadas en comunidades como Madrid o Andalucía o las 70.000 que reconoce Catalunya, pero esas 300.000 que aún tienen las Islas en sus congeladores puede hacer que la cifra aumente.

El IB-Salut explica que, a finales del mes de agosto, cuando se comenzó a ver un descenso en las tasas de vacunación y un incremento de los stocks de vacunas, la Conselleria de Salut y Consumo creó un grupo de seguimiento de los stocks de vacunas para tratar de minimizar las cifras de caducidad. Entre las medidas que se tomaron para optimizar el proceso está que los puntos de vacunación y hospitales reportan cada lunes el número de vacunas que tienen disponibles con su fecha de caducidad. Las que presentan una fecha de caducidad más cercana se envían a los puntos para evitar al máximo las pérdidas de dosis.

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El Govern está preocupado por el significativo descenso en el ritmo de vacunación ya que en las últimas semanas apenas se pone una media de entre 400 y 500 dosis al día, con algunos días de vacunación extraordinaria en el que se llega a administrar 2.000 dosis. Las cifras están muy lejos de esas más de 18.000 dosis que se llegaron a inocular en el mes de julio, el momento de más intensidad en la vacunación. Además, para evitar la pérdida de vacunas y seguir con el proceso de vacunación, el Servei de Salut informa de que está realizando campañas de captación activa para determinados colectivos pendientes de vacuna. Es una campaña «gota a gota», con acciones comunitarias por barrios para incentivar a la vacunación o la instalación de un autobús en puntos de mucha confluencia de gente, según indican desde este departamento.

Algunas comunidades autónomas que tienen vacunas con el plazo vencido han decidido guardarlas, como es el caso de Catalunya, a la espera de saber qué decisión toma al respecto la    Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Las empresas farmacéuticas fabricantes de este medicamento realizan estudios constantes para aumentar la vida de sus productos. Por ejemplo, la vacuna de Pfizer, primero cuando se descongelaba un vial solo se podía usar en los cinco días siguientes, después pasaron a ser unos 30 días. O recientemente, la compañía ha indicado que sus vacunas ultracongeladas se pueden conservar 9 meses en lugar de los 6 inicialmente fijados.