Imagen de la operación policial. | Alejandro Sepúlveda

Los hosteleros acusados de piratear el fútbol comienzan a aceptar condenas por un delito contra la propiedad intelectual. Por el momento han sido condenados cuatro, dos de ellos ayer por la mañana en el Juzgado de lo Penal 1 de Palma: los responsables de un bar de la calle Oms y de otro local en Pere Garau.

Las acusaciones están impulsadas por LaLiga y afectan a catorce locales de toda la Isla que sufrieron una serie de inspecciones en las que se comprobó que emitían partidos de fútbol sin pagar los derechos. Los dos juicios celebrados este jueves acabaron igual: con un acuerdo de conformidad entre la Fiscalía, LaLiga y las defensas de los dos acusados. En el primero, la responsable del establecimiento admitió que tenía una señal pirata a través de un decodificador. Antes del juicio había consignado más de 800 euros para hacer frente a la indemnización que le reclamaba la acusación. Asume una condena de cuatro meses multa, por un total de 480 euros y se le concede un beneficio por reparación del daño.

En el segundo caso del día, el encargado del local sí tenía la señal de forma legal pero no había abonado la tarifa que permite reproducir en público el contenido de la plataforma, entre ellos los partidos de fútbol. En este caso, LaLiga estimaba el perjuicio causado en 305,94 euros y la pena que se impone por delitos contra la propiedad intelectual y contra el mercado y los consumidores es una multa de 750 euros.

Tras la ‘operación Themis’, que desarrolló la Policía Nacional en el año 2019, la magistrada decidió iniciar los trámites para que cada local fuera juzgado por separado por un delito contra la propiedad intelectual. La Fiscalía se oponía a este criterio y mantenía que lo ocurrido suponía un delito leve. La Audiencia permitió que los asuntos llegaran a juicio para dilucidar en las sentencias si las retransmisiones de fútbol tienen el mismo grado de protección las películas o otras obras de creación, como sostiene LaLiga.
Por el momento el debate queda aparcado ante las conformidades que se han producido en los juicios.