La madre y el padrastro de la víctima fueron juzgados en Vía Alemania. | Alejandro Sepúlveda

Una mujer ha sido condenada por golpear de forma reiterada a su hija de seis años con un cinturón y con el palo de una escoba en el domicilio en el que convivían en Palma. La madre de la víctima aceptó en el juicio una pena de un año y nueve meses de prisión por un delito de maltrato habitual y una multa de 900 euros por otro de lesiones. El padrastro de la niña, que también la maltrataba, asumió la misma pena de cárcel y de multa, además de 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad. El Consell de Mallorca asumió la tutela de la menor a consecuencia de las agresiones constantes que sufrió por parte de su madre y de su padrastro.

Los hechos enjuiciados ocurrían desde 2017 en la vivienda que ambos acusados compartían con la menor y el resto de sus hijos. La sentencia de un juzgado de lo Penal de Palma recoge que sometieron a la niña a constantes agresiones con el cinturón, el palo de la escoba y con la mano. El 17 de junio de aquel año, el hombre propinó un fuerte puñetazo a su hijastra en la zona del fémur, que le provocó la fractura, y tuvo que ser operada.

El 11 de agosto de 2019, su madre le golpeó en la cabeza con el cinturón causándole una brecha en la frente que requirió de puntos de sutura. La niña abandonó el domicilio, el 10 de agosto de 2020, tras haber sido golpeada tres días antes por su padrastro con la hebilla del cinturón en la cabeza. Ese mismo día su madre también le pegó con el cinturón en la cadera y le hizo un hematoma.

En el juicio, que tuvo lugar en una sala del juzgado de lo Penal número 4 de Palma, la madre y el padrastro de la menor aceptaron la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante un plazo de seis años. El hombre ya había sido condenado en mayo de 2015, a tres meses de prisión, por un delito de lesiones. El abogado defensor de la madre y el padrastro de la menor llegó a un acuerdo con la fiscal y la letrada de la acusación particular, ejercitada por el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS), y los dos procesados reconocieron los hechos y se conformaron con las penas.