La futura ley que impulsa la Direcció General pondrá el acento en la perspectiva feminista. | Alioune NDIAYE

Los años noventa marcaron el rumbo de la cooperación balear. Fue el momento en que surgieron el Fons Mallorquí de Solidaritat, Fons Menorquí o Pitiús, o incluso la Coordinadora de ONGD de las Islas. La Direcció General de Cooperació no se constituiría hasta 1999. Desde entonces, asume una gran responsabilidad por mejorar los países más empobrecidos. Si bien es cierto que la cooperación siempre ha sido el último dardo para el Govern, en materia presupuestaria, sí que hubo un aumento gradual desde el inicio de la primera legislatura en 2,2 millones de euros.

Cada año, la Conselleria d’Afers Socials, donde pertenece la Direcció General de Cooperació, destina un pellizco de más de 6 millones anuales. Pero sigue siendo una cifra «todavía muy lejana» de lo que se debería destinar del 0,7 % del presupuesto autonómico a proyectos sociales. De hecho, es uno de los objetivos que fija la futura ley hasta 2030. Actualmente, la cooperación del Govern llega a 24 países del mundo y controla ahora mismo 60 proyectos en activo. La mayoría de sus actuaciones se desarrolla en países de Latinoamérica y África, y en total, casi 260.000 personas se han beneficiado de estas misiones sociales y humanitarias en sus respectivos territorios (165.000 son mujeres).

Desde la puesta en marcha de la Direcció General, en 1999, se han destinado a países empobrecidos más de 100 millones de euros. Asimismo, el departamento contabiliza ya 1.876 proyectos financiados en 68 países del mundo. ¿Cómo se gestionan las partidas económicas? Existen distintas vías para financiar los proyectos: por cooperación directa (actuaciones impulsadas por el Govern), indirecta (desde las entidades de cooperación, también financiadas con dinero público) o por acciones humanitarias. La directora general, Laura Celià, reconoce que, para ser actor político, hay poca capacidad para maniobrar «una buena planificación estratégica», porque «más del 85 % del presupuesto lo gestionan las ONG a través de subvenciones». «Las entidades hacen muy buen trabajo. Sin ellas, la cooperación de las Islas no existiría.Pero como política pública, se debería fortalecer más la acción directa del Govern, algo que se tramita en la futura ley de Cooperación», constata.

Proyectos

El equipo de Cooperació está formado por seis técnicos que realizan al año al menos seis viajes de seguimiento. En 2020, solamente pudieron llevar a cabo un viaje debido a la pandemia –que fue a la India–, pero este año se han vuelto a retomar las visitas anuales. A principios de año se desplazaron hasta Túnez y el domingo pasado regresaron de África. Estuvieron durante una semana en la región de Ziguinchor para conocer el estado de las técnicas para la obtención de arroz. Este proyecto consta de dos fases y ha contado con una subvención directa de 260.000 euros para la entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).

«Senegal es uno de los países de África que más subvenciones recibe», detalla Celià. Desde 2017, el Govern ha puesto en marcha hasta once actuaciones, la gran mayoría para incentivar el emprendimiento de jóvenes senegaleses y la producción agrícola del territorio. El programa de ONU Mujeres, que es una cooperación directa con el Govern, está fortaleciendo en estos momentos a 1.000 senegalesas agrícolas. También hay en marcha tres proyectos más, y otros están pendientes de que puedan comenzar con las ayudas del 2022. «Trabajamos en las zonas áridas entre Saint Louis y Podor. Esta población tiene un gran problema de alimentación y, por lo tanto, poco acceso a una dieta diversa», apunta. Uno de los objetivos es poner en práctica la soberanía alimentaria. «Con estos proyectos, lo que se intenta es concentrarlos todos en una misma zona geográfica, con un sector en concreto (el agrícola) a fin de ver, a la larga, el impacto».

Feminismo

Balears se encamina a ser una de las comunidades más punteras en materia de Cooperación con perspectiva de género. Es una de las propuestas enmarcadas en el Plan Director 2020-2023 y que marcará el rumbo de la futura ley de Cooperación para la transformación global. En el actual plan ya se habla de la equidad de género «como uno de los enfoques transversales». Éste se basa en el análisis de las relaciones de poder entre mujeres y hombres, y aplica acciones específicas para transformar los procesos sociales que provocan y reproducen estas desigualdades. Por ejemplo, en las últimas actuaciones con ONU Mujeres en Senegal se ha impulsado la participación femenina. En la primera fase del proyecto que se desarrolla en esa zona con el cultivo de arroz, las senegalesas beneficiarias han tenido acceso a las técnicas para su correcta producción.

En zonas rurales, las mujeres constituyen el 70 % de la fuerza de trabajo y garantizan más del 80 % de la producción agrícola vinculada a la alimentación. Los jóvenes y las mujeres representan el colectivo más vulnerable de Senegal. Es por ello que la gran mayoría de los proyectos subvencionados van enfocados a este grupo. «El reto de la Dirección General es que todas las acciones que desarrollamos se mantengan en el tiempo», apunta Celià sobre la iniciativa del cultivo de arroz en las parcelas, que ceden los ayuntamientos de Ziguinchor.

Más de 800 mujeres senegalesas aprenden a mejorar sus cultivos

El proyecto que financia el Govern a ONU Mujeres les permitirá sembrar campos de arroz

Más de 800 mujeres senegalesas que han participado en el proyecto que financia la Conselleria d’Afers Socials, desde Cooperació, a la organización ONU Mujeres han podido aprender a mejorar sus cultivos. Es una necesidad primordial puesto que la región en la que se actúa, Ziguinchor, es muy seca y, por lo tanto, afecta en la producción de alimentos.

Este proyecto se enmarca en un programa de seguridad alimentaria y de cambio climático. La directora general de Cooperació, Laura Celià, junto a un técnico, visitaron la primera fase de este proyecto y pudieron conocer de primera mano los avances. Hablaron con los agrícolas de la zona y conocieron las instalaciones donde se lleva a cabo el procesamiento del arroz.

De hecho, ya hay jóvenes, como Amadou Sarr y Mamadou Sidibe, que han conseguido ayuda y conocimiento para montar su propio campo de arroz a través de otro proyecto financiando a la Agencia Nacional para la Promoción del Empleo de los Jóvenes (ANPEJ) en Senegal. Por otra parte, el Govern anunció una partida de 70.000 euros para las ONG a fin de hacer prospecciones en los países del Sur. Esta última partida, aprobada en Consell de Govern, está pensada para que se elaboren estudios, diagnósticos e identificación sobre el terreno en países en desarrollo, según las prioridades que prevé el Plan Director de Cooperación al Desarrollo 2020-2023.