Los comercios se van adaptando poco a poco a las medidas para minimizar el consumo de energía.    | Gemma Andreu

El plan de ahorro del Gobierno que entró en vigor este miércoles provocó en el primer día de aplicación un descenso del 5,1 % de consumo eléctrico en Baleares, según el seguimiento estadístico realizado por Red Eléctrica. El sector del comercio, restauración, hotelería, ocio nocturno, instituciones públicas y ayuntamientos aplican las nuevas normas de ahorro energético, aunque en el caso de Balears «es muy pronto para saber si la evolución de la demanda de consumo va a seguir la misma tendencia al estar en plena temporada alta turística», indican fuentes del sector eléctrico.

Los datos de Red Eléctrica (ver gráfico adjunto) constatan la variación del consumo energético en el primer día de aplicación, ya que se pasa de un máximo de 1.192 MW a los 744, es decir de un incremento de consumo porcentual del 10,9 % al 3,7 % en su franja mínima, de ahí el descenso del consumo del 5,1 %. El plan de ahorro del Gobierno    busca disminuir el exceso de consumo en zonas públicas, como iluminación de edificios, monumentos o escaparates para tener un control de las temperatura y climatización. La finalidad es poder bajar un 5 % este consumo a nivel nacional. A lo largo de las próximas semanas se dictarán nuevas medidas para llegar al objetivo de compromiso con Bruselas, que busca disminuir este consumo en un 7 % a nivel europeo. Este paquete de medidas de ahorro de la UE es para poner en regla y alertar sobre lo que está suponiendo el consumo extremo de energía, sobre todo no renovable por parte de las eléctricas.

Fuentes del sector eléctrico insisten en que es muy complicado saber, a día de hoy, qué proporción de estas variaciones en la demanda se debe al plan de ahorro, y explican que hay que coger un plazo temporal más amplio para analizar la tendencia. «En los próximos quince días se comprobará el grado de cumplimiento y qué estrategias gubernamentales hay para este otoño e invierno», indican. En el caso de Balears, al estar en temporada alta, el control en las zonas industriales es más complejo,. En toda la oferta de alojamiento turístico    el cliente puede elegir la temperatura en las habitaciones sin restricción alguna, mientras que en el resto de los inmuebles sí que hay que cumplir la normativa.

El miércoles entraron en vigor las primeras obligaciones incluidas en el plan: aire acondicionado a un mínimo de 27 grados, la calefacción en invierno no podrá superar los 19 grados y el apagado de escaparates e iluminación de edificios públicos se hace efectivo a partir de las 22.00 horas. Estas medidas, en principio están teniendo efecto «porque el nivel de concienciación de ciudadanos, turistas y de tejido productivo y de las instituciones crece a medida que se conocen los datos de evolución de consumo y el coste energético que ello supone», señalan las eléctricas.

La regulación de la temperatura, la medida que más impacta en la demanda, es obligatoria para oficinas, edificios de la Administración, comercios, establecimientos recreativos y culturales, entre otros, mientras quedan exentos centros de formación y salud, gimnasios, peluquerías y en general aquellos establecimientos que, por cuestiones laborales o sectoriales, no puedan respetar los umbrales antes mencionados, hostelería incluida. En septiembre, estos locales deberán aplicar carteles o pantallas donde informen sobre los niveles de temperatura y las medidas de ahorro, además de instalar sistemas de cierre de puertas que limiten las fugas. El objetivo es implementar al máximo más medidas para rebajar el consumo energético en un momento en el que los precios de las materias primas se han encarecido de forma progresiva. El conflicto ruso-ucraniano, según los expertos, conlleva el riesgo creciente de un corte total del suministro de gas    por parte de Moscú a todos los países europeos.