Turistas, este verano, por las calles de Ibiza. | Daniel Espinosa

La temporada turística 2023 va a ser completamente diferente a la de este año, principalmente porque el impacto de la inflación ha trastocado todas las previsiones empresariales. El encarecimiento de todos los servicios, con una media general del 20 %, hará que Baleares sea el próximo año el destino más caro del Mediterráneo. Los destinos competidores, caso de Turquía, Egipto y Marruecos volverán a devaluar sus moneda, y en lo que respecta a Grecia, Italia y Croacia dependerá de cómo actúen sus gobiernos.

Las previsiones de aerolíneas, touroperadores y patronales turísticas de las Islas no son nada halagüeñas, principalmente porque todos los indicadores apuntan a un encarecimiento de todos los servicios turísticos por el impacto progresivo de los costes energéticos, la hiper inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los turistas de los principales mercados emisores europeos, Alemania y Reino Unido. La recesión económica, según el Banco Central Europeo y Bruselas, van a mediatizar la actividad productiva y afectará a los destinos vacacionales mediterráneos.

Las imágenes de un aeropuerto de Palma saturado de turistas en julio y agosto, según las patronales de los touroperadores ABTA y DRV, no se volverán a repetir en 2023. Esta nueva realidad ha provocado ya una reestructuración de flotas en las aerolíneas y regulaciones de empleo en los grupos turísticos. Las empresas de Balears también se verán abocadas a afrontar esta nueva realidad económica, marcada por una subida de precios generalizada por el encarecimiento de materias primas, energía, costes laborales y una inflación que no para de crecer y con una tendencia al alza para el último cuatrimestre y primer semestre de 2023.

Aerolíneas

Las aerolíneas ya han anunciado que los aumentos de precios serán la tónica general el próximo año. La media, según las patronales IATA y ALA, oscilará entre un 15 y 20 %. Porcentaje que puede oscilar al alza si el combustible no para de subir.

Navieras

Las navieras Trasmed, Baleària y GNV, así como la de los cruceros, vaticinan un aumento progresiva de sus sistemas tarifarios de hasta un 20 % para poder paliar el aumento de los costes, del combustible y fletes. Todo esto encarecerá el transporte.

Rent a car

La flota de coches de alquiler no se incrementará el próximo año, pese a que este verano las empresas de rent a car han superado todas sus previsiones de ocupación y rentabilidad. El espejismo de este verano no se repetirá el próximo año. Los aumentos de precios podrán llegar al 30 %.

Transporte turístico

El transporte discrecional por carretera anuncia que los costes de explotación de este año son inasumibles, de ahí que prevén una subida de precios media    de un 20 % por el encarecimiento del gasoil, recambios, reparaciones y neumáticos.

Restauración

La oferta de restauración será una de las más afectadas al subir los precios de forma progresiva de materias primas y bebidas. Las estimaciones es que se incrementen el próximo verano más de 15 %. Este sector es el más sensible a cualquier subida que se produzca en la cadena de distribución.

Mercancías

El transporte de mercancías de la Península a Baleares, por el hecho insular y los fletes marítimos, es el termómetro para determinar como el aumento de los productos se van a extrapolar luego en toda la cadena de valor turística. Se prevé que los aumentos para el próximo año superarán el 30 % de media.

Mayoristas y hoteleros

Los touroperadores alemanes y británicos tienen más que asumido una escalad progresiva de precios el próximo verano. A sus costes empresariales y de transporte, hay que sumar los incrementos de precios de los hoteleros de Baleares. La planta hotelera balear cierra contratos con aumentos de hasta un 7 %. Todo esto encarecerá los viajes de los mercados emisores a las Islas.